Elegir una carrera universitaria puede convertirse en una de las decisiones más desafiantes para los jóvenes que están por salir de las aulas del bachillerato, no solo por lo trascendental que será su elección para el futuro, sino también por la infinidad de opciones que pueden existir con base en una sola carrera: planes de estudio, áreas de especialidad, posibles prácticas, docentes de renombre e incluso campus de ensueño son solo algunos de los factores a tomar en cuenta al momento de elegir cuál será su alma mater.
Aunque, más allá del deseo de estudiar medicina en instalaciones con vista panorámica a la ciudad o artes en medio de un pueblo mágico, una realidad a la que muchos estudiantes se enfrentan al momento de comenzar su camino profesional es el contexto económico en el que viven; algo que puede ser en una limitante si se busca ingresar a una universidad privada luego de que, por diversas consideraciones, se ha decidido que es la mejor opción.
Ante este panorama, y para evitar que los jóvenes del país no puedan acceder a la carrera de sus sueños por barreras económicas, se han creado alternativas para apoyarlos a que completen sus estudios superiores sin la necesidad de buscar un trabajo alterno que los desvíe de su meta e incluso que sus padres (o tutores) tengan que deshacerse de bienes o entren en una espiral de deudas poco sostenibles a largo plazo, con la idea de costear las colegiaturas.
Apoyos como becas, créditos y financiamientos educativos se han alzado como las opciones más viables para ayudar a solventar gastos universitarios en la actualidad, siendo el último una opción a tomar en cuenta al momento de inclinarse por una asistencia extra.
A diferencia de las becas, que representan un fondo perdido para las instituciones que las otorgan ya que los estudiantes no deben de retornar ninguna suma, los financiamientos educativos son un préstamo económico que ayuda a pagar hasta 50 por ciento del costo total de los semestres, e incluso más en algunos casos específicos. Sus beneficios son variados: su tasa interés es fija, los plazos y formas de pago son flexibles, en algunos casos se puede adjuntar a una beca y los requisitos para acceder a uno son sumamente alcanzables pues solo se necesita de un obligado solidario con buen historial crediticio y un promedio aceptable, aunque estos pueden variar según la institución que los otorgue.
Esta opción usualmente proviene de instituciones bancarias o empresas de financiamiento especializado como Laudex; una entidad que está por cumplir 15 años de trabajo en pos de combatir la deserción escolar en el país, donde solo 8 de cada 100 alumnos logra terminar sus carreras universitarias, según cifras de Inegi.
Con convenios en diferentes universidades privadas, apoyos de hasta 50 por ciento y una tasa que va de 9 a 14 por ciento, Laudex apuesta por la especialización creando opciones adaptables para un solo semestre, carreras enteras, gastos de titulación e incluso estancias completas en el extranjero, donde el alumno paga 50 por ciento del monto total mientras estudia y el resto hasta siete años después de terminar su carrera profesional, con la posibilidad de adelantar pagos y hasta diferir los intereses con su plan 60-40. Algo que refuerzan con contenidos de educación financiera, para que los jóvenes le saquen el mayor provecho al apoyo, explicó Miguel Castilla, director de marketing en Laudex, que hasta hoy ha apoyado los sueños académicos de más de 15 mil estudiantes.
el dato8 de cada 100 universitarios en México
Logran terminar sus carreras.
Además de los bancos y financieras especializadas, las propias instituciones educativas tienen planes de financiamiento, como la Universidad Iberoamericana, que provee a los alumnos elegidos, que deben tener un promedio mínimo de 8, un apoyo que va de 10 a 50 por ciento con una tasa de interés de 4 por ciento para su carrera o posgrado. Este crédito funciona de manera similar a otros en el mercado y puede combinarse con alguna beca si se cuenta con un promedio de 8.9, aunque en estos casos los pagos se realizan al terminar la carrera. “Por ejemplo, medicina es de 10 semestres. Si te apoyan desde el primer semestre tienes cinco años con el apoyo y los mismos para terminar de pagar; te dan un semestre de gracia para iniciar con los pagos. Lo único que se paga durante la carrera, fuera del otro porcentaje que no tiene financiamiento, son los intereses”, explicó Carmen García, jefa de becas y Financiamiento Educativo IBERO.
En cifras, con este tipo de créditos educativos, una carrera de alta demanda como medicina en una universidad como la Ibero, con ocho horas inscritas, el pago de un semestre de 62 mil 645 pesos podría reducirse hasta la mitad —más los intereses—, aunque la suma puede variar según el financiamiento elegido.
Es un apoyo extra que puede convertirse en el empujón necesario para concluir una carrera, dar los primeros pasos en el mundo financiero y aprender a usar los créditos de la mejor manera, sin tabúes ni miedos.

GSC