En una coyuntura de desigualdad y frustración social, Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz, lanzó un llamado contundente: la Inteligencia Artificial (IA) debe convertirse en una herramienta al servicio del bien común, y no solo de intereses particulares.

La deshumanización de la tecnología
Durante su participación en el encuentro 'México Siglo XXI: Mentes que Iluminan el Futuro', hizo hincapié en que “la deshumanización no la construye la tecnología, sino las personas que la usan con intereses equivocados”.
Reforzó que la tecnología es una creación humana y debe orientarse a resolver problemas sociales, no a profundizar desigualdades ni alimentar la violencia.
“La ciencia y la tecnología no son extraterrestres, son fruto de generaciones. Si entendemos que su misión es el bien común, entonces todo lo que toque nuestras manos tendrá ese propósito”, subrayó.
Advirtió que el riesgo no está en la herramienta, sino en cómo se usa, por lo que la educación será lo más importante de la humanidad ya que es el medio para activar la conciencia individual y colectiva.
“Yo sí creo en la humanidad, creo que es prodigiosa, increíble y diversa. Nunca lo lograremos entender del todo, pero esa diversidad es nuestra fuerza”, sostuvo.
En este sentido, hizo un llamado a mantener el “toque humano” frente a la IA, esto debido a que se puede correr el riesgo de confundir información falsa con la que es verdadera.
“He llorado a amigos que supuestamente murieron en redes sociales y que en realidad están vivos. Si no hay educación, se pierde el criterio y se construye un panorama deshumanizado”, condenó.

Los mayores retos de la humanidad
Rigoberta Menchú insistió en que los grandes retos de la humanidad son la ética, recuperar la comunicación con el entorno, así como aprender a escuchar para que posteriormente se desarrolle la gratitud y la humildad.
“Aunque sean grandes tecnócratas, la humildad no está escrita en ningún lugar. Está en el corazón, en el respeto a uno mismo y en la capacidad de escuchar al otro”, explicó.
“Yo era joven, me expuse a los dolores y no lo hice por castigo, sino por supervivencia. Espero que ustedes elijan lo que los haga prodigiosos y útiles para este planeta”, concretó.

AG