Hola a todos y bienvenidos a Energy Source. Se avecinan nubarrones en Texas y no auguran nada bueno para el sector de la energía. Hoy me centraré en la creciente franqueza de los ejecutivos de la industria de gas y petróleo sobre cómo las políticas erráticas de la administración Trump y los bajos precios del crudo que las acompañan están diezmando el sector.
Antes de profundizar en el tema, me gustaría llamar su atención sobre un artículo de esta semana de mis colegas Attracta Mooney y Aime Williams sobre cómo la administración Trump lleva su campaña de presión contra el cambio climático a la escena global y presiona al Banco Mundial para que financie más proyectos de combustibles fósiles.
Esta medida coincide con la iniciativa del presidente estadunidense de revertir las políticas de energía verde a escala nacional e impulsar la producción de gas. El Banco Mundial y otras instituciones multilaterales de desarrollo impusieron restricciones crediticias a proyectos de combustibles fósiles en un intento por reducir el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El pesimismo se agudiza
El estado de ánimo empieza a ponerse más oscuro aquí en Texas y no tiene nada que ver con el clima. Los ejecutivos del sector de energía encuestados en el reciente estudio trimestral del Banco de la Reserva Federal de Dallas intensificaron sus críticas a Donald Trump y sus políticas, advirtiendo sobre el declive de la industria de esquisto de Estados Unidos .
“Comenzamos el ocaso del esquisto”, escribió un encuestado. “Estados Unidos no se está quedando sin petróleo, pero sí se está quedando sin petróleo a 60 dólares por barril”.
Los precios del West Texas Intermediate (WTI), el petróleo de referencia en Estados Unidos, se desplomaron casi 10 por ciento este año, a menos de 65 dólares por barril, debido a los cambios en la política energética y los aranceles de Trump, el estancamiento del crecimiento económico y la sobreproducción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Los ejecutivos de la industria de energía no ven motivos de alegría y su pesimismo es cada vez más grande, según la encuesta del banco. El índice de perspectivas de las empresas bajó de -6.4 en el segundo trimestre a -17.6 en el tercero. El índice de incertidumbre se mantuvo alto, bajando ligeramente de 47.1 a 44.6 en el tercer trimestre.
La encuesta de la Fed de Dallas se realizó del 10 al 18 de septiembre y midió la opinión de 139 ejecutivos de la industria de gas y petróleo en el área de cobertura del banco: Texas, el norte de Luisiana y el sur de Nuevo México. Esta encuesta anónima se sigue estrechamente porque el área de evaluación del banco representa más crudo que algunos de los mayores productores del mundo.
“¡El ruido y el caos son ensordecedores!”, escribió un ejecutivo. “¿Quién quiere tomar una decisión empresarial en este entorno inestable?”.
La mayoría de los ejecutivos del sector de energía aplazaron inversiones debido a la caída de los precios del petróleo y el aumento de los costos de producción. Entre los encuestados, 78 por ciento retrasó decisiones de inversión durante el tercer trimestre.
“La incertidumbre generada por las políticas de la administración puso un freno a toda inversión en el sector petrolero”, escribió otro ejecutivo. “Los que pueden, se apresuran a salir”.
El índice de actividad empresarial, la medida general de las condiciones en el área de cobertura del banco, se mantuvo negativo en -6.5.
“El negocio del esquisto estadunidense se descompuso”, declaró un encuestado. “Lo que una vez fue el motor de energía más dinámico del mundo fue destrozado por la hostilidad política y la ignorancia económica”.
Durante el tercer trimestre, los índices de producción de gas y petróleo se mantuvieron negativos, y relativamente sin cambios, en -8.6 para petróleo y -3.2 para gas natural.
“Los cambios diarios en la política energética no nos permiten ganar como país”, dijo un ejecutivo.
Los grupos de servicios petroleros y las empresas de exploración y producción se vieron afectados por el aumento de los gastos durante el trimestre. Para las empresas de perforación, el alza de los precios del acero contribuyó a aumentar el índice de costos de descubrimiento y desarrollo de 11.4 a 22. El índice de gastos operativos de arrendamiento subió de 28.1 a 36.9.
“Serán más de tres años desoladores para el sector petrolero”, escribió otro encuestado.
Los cambios regulatorios de Trump en la industria de energía desde enero provocaron ligeras reducciones en el precio de equilibrio para perforar un nuevo pozo; 57 por ciento de los ejecutivos del sector estimaron que los cambios redujeron los costos en menos de 1 dólar por barril, mientras que 25 por ciento de los encuestados informó que las disminuciones fueron de entre 1 y 1.99 dólares por barril.
El “gran y hermoso proyecto de Ley” redujo las regalías federales y aumentó las ofertas de arrendamiento federal; 58 por ciento de los ejecutivos del sector petrolero esperaba un ligero aumento en la producción de crudo, mientras que 36 por ciento no reportó cambios.
Desde el estudio anterior en julio, los encuestados esperaban precios promedio del crudo más bajos para finalizar el año. Ahora pronostican un promedio de 63 dólares por barril del WTI, por debajo de 68 dólares por barril.
Tomas de Corriente
En Financial Times podemos leer los siguiente contenidos:
-Por qué los gobiernos del mundo siguen apuntando al crecimiento de la producción de combustibles fósiles desde que acordaron una “transición para alejarse de los combustibles fósiles” en 2023.
-El brillo del uranio eclipsa las realidades nucleares. La brecha entre las ambiciones políticas y los nuevos reactores muestra pocas señales de reducirse.
-El gobierno de Donald Trump sostiene conversaciones con el desarrollador de una gigantesca mina de litio en Nevada que pueden llevar a que adquiera una participación en el negocio.