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EU: internet, el nuevo "problema del ferrocarril"

FINANCIAL TIMES

Tecnológicas. Al igual que las ferroviarias del siglo XIX, las empresas digitales representan un problema de monopolio.

Internet es el ferrocarril de nuestra época, una pieza esencial de la infraestructura pública sobre la cual se lleva a cabo gran parte de nuestro comercio y comunicaciones. Sin embargo, las empresas que lo dominan son entidades privadas que buscan utilidades. Y a igual que las empresas ferroviarias del ayer, representan un problema de monopolio.

Es un punto que vale la pena considerar detenidamente al tener en cuenta las advertencias que en los últimos días se expresaron en todas partes sobre el poder que tienen las grandes empresas de tecnología, entre ellas la de la jefa del FMI, Christine Lagarde, y la del jefe antimonopolio del Departamento de Justicia de EU, Makan Delrahim, quien hizo referencia sobre las primeras violaciones de competencia de los ferrocarriles en un discurso la semana pasada sobre los retos que plantean los “guardianes” digitales. El Departamento de Justicia de EU (DoJ, por sus siglas en inglés) y la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) recientemente se repartieron la responsabilidad para investigar a las empresas de tecnología, entre ellas Google, Amazon, Facebook y Apple.

Pero creo que la verdadera acción está en el comité judicial de la Cámara de Representantes de EU, que anunció su propia investigación sobre si las reglas antimonopolio tienen que evolucionar para poder enfrentar el reto de controlar a los grandes grupos de tecnología. Durante los siguientes 18 meses más o menos, se van a llevar a cabo audiencias y, de acuerdo con personas con información privilegiada, podrían interrogar y deponer a una serie de líderes de tecnología de alto perfil al igual que a competidores que dicen que han sido aplastados por estas empresas.

Mientras consideran los problemas, harían bien en abrir el corto y sorprendentemente entretenido volumen de 1878 Railroads: Their Origins and Problems (Ferrocarriles: sus orígenes y problemas), escrito por Charles Francis Adams, un ex ejecutivo y regulador de ferrocarriles, que expone el auge de los ferrocarriles tanto en Europa como en EU, y la lucha para obligarlos a servir al público en general, en lugar de a un puñado de industriales del siglo XIX.

En un capítulo que lleva el título “El problema del ferrocarril”, escribe Adams, “a medida que los eventos se desarrollaron, se hizo evidente que las leyes de comercio reconocidas operan, pero en el mejor de los casos de manera imperfecta para regular el uso que hacen de estas vías modernas aquellos que tanto las poseen y las monopolizan”.

A este capítulo puedes darle el nuevo título de “El problema de internet” y tener un buen resumen de en dónde nos encontramos en este momento. Amazon captura más de un tercio de todo el gasto minorista en línea de EU. Google representa 88 por ciento del mercado de motores de búsqueda en Estados Unidos, y 95 por ciento de todas las búsquedas móviles. Dos tercios de todos los estadunidenses están en Facebook, que después de que compró Instagram y WhatsApp ahora posee cuatro de las ocho principales aplicaciones de redes sociales.

Todas estas compañías, así como Apple, la primera compañía de 1 billón de dólares del mundo, han sido criticadas por usar sus enormes ecosistemas para dar preferencia a sus propios productos y servicios, y mantener a los competidores fuera de sus redes.

El problema para los reguladores es que, después de la década de 1970, la jurisprudencia estadunidense dificulta ganar una demanda antimonopolio, a menos de que pueda demostrar que los precios al consumidor aumentaron debido al poder de monopolio, algo que es difícil de probar cuando se trata de plataformas que realizan transacciones opacas de trueque (tus datos por sus servicios “gratuitos”). Como resultado, los guardianes digitales continúan creciendo.

Pero es posible que la marea esté cambiando. Un nuevo artículo de Lina Khan, una experta en derecho de competencia que trabaja para el subcomité de la Cámara de Representantes de la ley antimonopolio, comercial y administrativa, hace algunas comparaciones claras entre el problema del ferrocarril y el de los guardianes digitales. Ella concluye que necesitamos una separación de plataformas y comercio con el fin de crear un entorno digital más equitativo y competitivo.

Esa idea también la están impulsando otros, entre ellos la senadora de Massachusetts y candidata presidencial demócrata Elizabeth Warren. También comparó a los grandes grupos de tecnología con los ferrocarriles y cree que a las empresas con más de 25 mil millones de dólares en ingresos globales no se les debe permitir poseer una plataforma de “servicio público” y también ser participantes en esa plataforma.

Esto evoca las separaciones que se impusieron a los ferrocarriles para evitar tanto que crearan como que dominaran un mercado. En 1900, por ejemplo, seis compañías ferroviarias de EU eran propietarias o controlaban 90 por ciento del mercado del carbón de antracita, lo que daba como resultado precios altos para los compradores y enormes ganancias para los ferrocarriles, que, por supuesto, le dificultaban, a las compañías de carbón independientes, el movimiento del producto sobre sus vías.

El problema finalmente se rectificó a través de una “cláusula de materias primas” que separaba las plataformas del comercio. Este tipo de separación al final se abrió paso a otras áreas como la banca, evitando que las compañías con participaciones en bancos compitieran con sus propios clientes en diversas industrias, un principio que estuvo en el corazón de las acusaciones de acaparamiento de aluminio de Goldman Sachs, que salieron a la luz en 2013.

A mí me parece obvio que deberíamos aplicar estos mismos estándares a los gigantes digitales de la actualidad, aunque puedes estar seguro de que van a utilizar todo su poder de cabildeo para tratar de evitar esto en los próximos meses.

Como señaló Adams en el siglo XIX, “el proceso de amalgamación” que constituía el problema del ferrocarril llegó tan lejos que el tiempo estuvo cerca de “que los ferrocarriles iban a administrar el estado, si el estado no controlaba a los ferrocarriles”.

La lucha por regular los grandes grupos de tecnología nos dirá mucho sobre si los titanes industriales de nuestra era ya controlan el sistema político de la actualidad.

A tuitazos

Joe Biden, aspirante a candidato demócrata , y Amazon, el gigante de la venta online con sede en Seattle, se enfrentaron en Twitter por asuntos impositivos.

Con respeto… pero

“No tengo nada contra de Amazon, pero ninguna compañía que gana miles de millones de dólares debería pagar una tasa de impuestos más baja que la de un bombero o un maestro”, escribió Biden.

Y que responde

“Hemos pagado 2 mil 600 millones de dólares en impuestos corporativos desde 2016. Pagamos cada centavo que debemos”, respondió la empresa en la red social.

Remate

Amazon le recordó Biden que fue el Congreso de Estados Unidos el que diseñó las leyes impositivas para incentivar a las empresas a “reinvertir en la economía estadunidense”.

MRA​

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