Esta semana, Donald Trump abrió las industrias del capital privado y las criptomonedas a billones de dólares en nuevas inversiones de los ahorradores para el retiro de EU, lo que podría transformar el futuro financiero de 90 millones de estadunidenses e impulsar el crecimiento de los gestores de activos y los grupos de criptomonedas. Sin embargo, la orden que permite que los planes de ahorro 401k inviertan en una gama de activos alternativos también expone a los jubilados estadunidenses a nuevos riesgos.
Esta medida surge después de un intenso cabildeo por parte grupos de capital privado como Apollo Global Management y BlackRock, quienes consideran el acceso a estos planes de jubilación como una vía para atraer cientos de miles de millones de dólares en activos lucrativos.
Se espera que la medida abra los fondos de jubilación a una nueva gama de inversiones no cotizadas, desde adquisiciones corporativas y préstamos privados hasta acuerdos de infraestructura. Al hacerlo, los expone potencialmente a comisiones más altas y a una menor transparencia. Es probable que parte de los 9 billones de dólares depositados en estos planes 401k se destinen a activos más difíciles de valorar y vender que las acciones y bonos tradicionales, que en la actualidad constituyen la gran mayoría de los planes de jubilación.
“Las puertas a las alternativas se abren más que nunca”, dijo Sean McKee, director global de gestión de activos de la unidad de auditoría de KPMG. “Muchos líderes van a considerar esto como una oportunidad para el modelo de negocio”. Benjamin Schiffrin, director de política de valores de Better Markets, advirtió que esta medida es perjudicial para los titulares de planes 401k. “Los inversionistas minoristas se verán expuestos a un tipo de activo completamente diferente sin que necesariamente se den cuenta”, dijo.
Los grupos de adquisiciones han tenido dificultades para vender billones de dólares en inversiones y generar rentabilidad para los inversionistas. Esto provocó que los fondos de pensiones y las dotaciones se retiren del sector, eliminando una importante fuente de efectivo. Grandes grupos de capital privado, como Blackstone, vincularon su crecimiento futuro al manejo de los ahorros de jubilados y personas ricas. Wall Street logró convencer a Trump con una orden que debería brindar a la industria una importante protección política y legal, ya que busca convencer a los administradores de planes 401k para que incorporen sus fondos a los programas de inversión.
Su campaña incluyó una intensa labor de cabildeo por parte de Apollo, Carlyle y BlackRock, de acuerdo con sus declaraciones financieras. Otros grupos, como Blackstone, dirigieron sus esfuerzos a través de asociaciones comerciales. Algunos de los líderes más poderosos de la industria - incluido el director de Apollo, Marc Rowan- abogaron públicamente por esta iniciativa. En público, Rowan y sus colegas argumentaron que los que ahorran en planes 401k se están perdiendo el potencial de diversificación y alta rentabilidad sin acceso a los mercados privados. “Básicamente, apalancamos el sistema de jubilación del país en Nvidia”, dijo Rowan en febrero, refiriéndose a la alta concentración de ahorros de planes 401k en fondos indexados dominados por un pequeño número de acciones del sector de tecnología. Esta semana, reiteró su llamado a abrir el mercado de planes 401k a las inversiones privadas, afirmando que es “de sentido común”.
La Defined Contribution Alternatives Association, un influyente grupo de cabildeo que utilizan muchos grandes grupos de capital privado, incluso argumentó en Washington que los planes 401k podrían ser demandados por no ofrecer los mayores retornos de los acuerdos de capital privado, según personas informadas sobre el asunto.
El director ejecutivo de Carlyle, Harvey Schwartz, dijo que la orden “se esperaba desde hace mucho”, ya que “los clientes ricos tienen acceso a este espacio desde hace mucho tiempo”. BlackRock dijo que la incorporación de inversiones privadas a los planes de jubilación “garantizaría que millones de estadunidenses construyan carteras más sólidas y diversificadas”. En la Casa Blanca, el Consejo Económico Nacional y el Consejo de Asesores Económicos de Trump actuaron como intermediarios entre la industria del capital privado y el presidente, de acuerdo con un funcionario.
La oficina del subjefe de gabinete, Stephen Miller, colaboró en la redacción de la orden. El interés de la administración en las criptomonedas influyó en que la orden llegara al escritorio del presidente, de acuerdo con un asesor de alto nivel, destacando su popularidad en la Casa Blanca.
Trump hizo de la desregulación de los activos digitales un eje central de su administración y atribuyó a la industria su victoria en las elecciones presidenciales de 2024. Entidades controladas por la familia Trump también han invertido recientemente miles de millones en criptomonedas.
Algunos en el sector del capital privado temían que la orden vinculara sus fondos con criptomonedas más nuevas y especulativas, especialmente si un plan 401k sufría pérdidas considerables al invertir en activos digitales. Sin embargo, lo consideraban una compensación aceptable, de acuerdo con personas familiarizadas con su forma de pensar.
Si bien no ha habido una norma que excluya explícitamente las inversiones en activos alternativos, los administradores de planes 401k se muestran renuentes a invertir en estos activos. La mayoría teme litigios por parte de los trabajadores expuestos a los fondos, tanto por sus elevadas comisiones como por el mayor apalancamiento que emplean muchas de las estrategias. “Estas demandas cuestan mucho dinero, se llegan a muchos acuerdos, pero los demandantes obtienen muy pocas victorias en los tribunales”, declaró Rajib Chanda, socio de Simpson Thacher & Bartlett. Ese temor tuvo “un enorme impacto paralizante, independientemente del fundamento de las demandas”, añadió. Trump instruyó a las agencias gubernamentales para que faciliten a los gestores de planes 401k la oferta de inversiones privadas, en parte mediante la inclusión de disposiciones destinadas a frenar las demandas relacionadas con estas estrategias.
Kush Desai, subsecretario de prensa de la Casa Blanca, dijo que “el único interés especial que guía la toma de decisiones del presidente Trump es el bienestar del pueblo estadunidense”. “La histórica orden ejecutiva del presidente cumple su promesa de ‘Hacer que Estados Unidos sea Rico de Nuevo al democratizar el acceso a clases de activos alternativos, lo que moderniza y amplía las opciones de inversión para la jubilación de los estadunidenses comunes”.
La atención ahora se centra en el Departamento de Trabajo, que supervisa y aplica la ley de 1974 que establece los estándares para las empresas que ofrecen prestaciones 401k. Los gestores de activos se apresuran a preparar los productos 401k para la directriz del Departamento de Trabajo, que se espera esté lista dentro los próximos seis meses.
Muchos anunciaron alianzas que ofrecerán inversiones privadas en fondos con fecha objetivo, en los que los profesionales seleccionan activos para jubilaciones que están planeadas para que ocurran en unas décadas. Estos fondos combinarían inversiones en acciones y bonos que cotizan en bolsa con activos privados más opacos. Otros ofrecen acceso a inversiones privadas de forma más directa, pero exigen a las empresas que proporcionen acceso a un asesor si un participante del 401k desea invertir.
Empower, el segundo mayor proveedor de planes de jubilación de EU anunció en mayo su asociación con Apollo, Goldman Sachs Asset Management y Partners Group, entre otros, para ofrecer a los planes de jubilación acceso a inversiones en activos privados. Un mes después, BlackRock anunció que proporcionaría fondos con fecha objetivo que combinaban inversiones públicas y privadas al proveedor de inversiones 401k Great Gray Trust. Además, BlackRock está trabajando en sus propios fondos con fecha objetivo que incluirán activos privados.
También surgieron otras alianzas. Blackstone tiene una alianza estratégica con Vanguard y Wellington Management para crear fondos público-privados para jubilados, mientras que KKR y Capital Group estudian la creación de modelos de carteras y fondos con fecha objetivo que abarquen el ámbito público-privado.
Michael Pedroni, antiguo funcionario del Tesoro que ahora dirige el grupo de asesoría política Highland Global, dijo que existe una “gran incógnita” sobre cuánto estarían dispuestos a pagar de manera adicional los hogares estadunidenses para tener acceso a los activos privados, cuya identificación y gestión son más costosas y, por lo tanto, conllevan comisiones más altas.
Actualmente, los estadunidenses están acostumbrados a pagar entre 30 y 50 puntos básicos en sus planes 401k. Supongamos que sube a 80 puntos básicos, ¿estarán dispuestos a pagar eso?
Información adicional de Amelia Pollard.