El príncipe heredero Mohammed bin Salman dijo que Arabia Saudita tiene como objetivo invertir al menos 600 mil millones de dólares en Estados Unidos durante los próximos cuatro años, ya que el reino busca profundizar los lazos con su aliado occidental más importante después del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
El príncipe dijo en una llamada telefónica para felicitar a Trump por su toma de protesta que las reformas propuestas por la nueva administración estadunidense “van a crear una prosperidad económica y una oportunidad sin precedente”, según la agencia oficial de noticias Saudi Press Agency.
La Casa Blanca no proporcionó de inmediato un resumen de la llamada. El secretario de Estado, Marco Rubio, y el líder de facto de Arabia Saudita, a menudo conocido por sus iniciales MBS, también hablaron por teléfono para discutir los acontecimientos en Medio Oriente, señaló el Departamento de Estado.
Trump dijo el lunes que analiza realizar su primer viaje al extranjero como presidente a Arabia Saudita si Riad acepta comprar productos estadunidenses por valor de 500 mil millones de dólares, como afirmó que hizo el reino en su primer mandato.
“Lo hice con Arabia Saudita la última vez porque aceptaron comprar productos estadunidenses por valor de 450 mil millones de dólares”, dijo Trump a los periodistas en la Oficina Oval después de su toma de protesta. “Si Arabia Saudita quisiera comprar otros 450 mil o 500 mil millones de dólares —lo aumentaremos teniendo en cuenta la inflación— creo que probablemente iría”.
Cuando asumió el cargo en su primer mandato en 2017, Trump se apartó de la tradición al hacer de Arabia Saudita su primer destino en el extranjero, ya que asistió a una cumbre de líderes árabes y musulmanes en Riad. Los presidentes estadunidenses recién elegidos suelen visitar primero a los vecinos Canadá o México.
El comunicado sobre la llamada entre el príncipe Mohammed y Trump no proporcionó detalles sobre los sectores o industrias que recibirán los 600 mil millones de dólares de inversión, pero resaltó que la cantidad “potencialmente puede ir más lejos de eso si surgen oportunidades adicionales”.
No está claro cuánto de los 450 mil millones de dólares que Trump pregonó repetidamente se materializaron en forma de acuerdos y comercio entre los dos países durante el primer mandato del presidente.
La promesa de inversión de 600 mil millones de dólares representa más de la mitad del producto interno bruto (PIB) saudí, según cifras oficiales, y se produce en un momento en que aumenta la presión sobre el presupuesto del reino debido a la caída de los precios del petróleo y un déficit cada vez mayor. El anuncio se genera después de los comentarios de funcionarios del año pasado de que Arabia Saudita reducirá aún más su inversión en el extranjero y cambiará el enfoque hacia cumplir con una serie de megaproyectos, incluidos centros turísticos y una ciudad futurista en el noroeste del país.
Arabia Saudita también se enfrenta a un conjunto abrumador de fechas de entrega para construir infraestructura para eventos como los Juegos Asiáticos de Invierno en 2029, la Expo 2030 y la Copa del Mundo de 2034.
Trump mantuvo estrechos vínculos con Arabia Saudita durante su primer mandato, mientras que el fondo de riqueza soberana del reino invirtió miles de millones de dólares en empresas dirigidas por el yerno de Trump, Jared Kushner, y el ex secretario del Tesoro Steven Mnuchin poco después de que Trump dejara la Casa Blanca.
La Trump Organization también firmó acuerdos para otorgar licencia de la marca Trump para desarrollos inmobiliarios en Arabia Saudita y otras partes del Golfo.
Rubio y el príncipe Mohammed hablaron sobre Gaza, Líbano y Siria, así como sobre la amenaza que representa Irán, el principal rival regional de Arabia Saudita.
Los ataques israelíes contra la república islámica en octubre alcanzaron una serie de instalaciones militares iraníes, incluidas fábricas de misiles y sistemas de defensa aérea.
Las capacidades militares del llamado eje de resistencia de Irán, incluidos representantes y aliados como Hezbolá, de Líbano, y Hamás, con sede en Gaza, también se erosionaron marcadamente después de 15 meses de conflicto con Israel. Los rebeldes islamistas en Siria el mes pasado también derrocaron al régimen del ex presidente Bashar al-Assad, otro aliado de Teherán.
Trump dijo el lunes que espera que Arabia Saudita eventualmente normalice los lazos con Israel y se una a los Acuerdos de Abraham, una iniciativa que se acordó durante su primer mandato, que normalizó las relaciones entre Israel y varios estados árabes, incluidos Emiratos Árabes Unidos.
