Las empresas siguen exigiendo experiencia laboral y habilidades que el talento joven aún no tiene cómo adquirir, condenó Matías Ricardo Fernández, presidente de la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios (FIJE).
A pesar del crecimiento de oportunidades por el nearshoring y la digitalización, persiste una contradicción estructural, pues se demandan perfiles con años de experiencia en áreas donde apenas se están formando nuevos profesionales.
“Muchas veces tenemos carreras extremadamente largas en la región, estamos hablando de más de 6 años, inclusive diez años en algunos casos, cuando hoy necesitamos más rapidez en un mundo tecnológico de la inmediatez y el conocimiento inmediato”, advirtió Fernández en el panel “Perspectivas para una integración latinoamericana inclusiva”.
Planteó que la capacitación tecnológica no puede limitarse a niveles avanzados o profesionales, sino que debe integrarse desde los primeros años de formación educativa, pues la transformación digital implica que empiece en la infancia y acompañe a lo largo de toda la formación académica.
“Tenemos que trabajar muy fuerte en integrar la capacitación tecnológica, desde los ciclos básicos, es decir desde primaria”, advirtió
“Si no tenemos incorporada la inteligencia artificial en la educación, en las empresas, la transformación digital no va a ocurrir”, sostuvo.
Por otra parte, el presidente de la FIJE explicó que el obstáculo para la inclusión del talento joven es la carga fiscal que enfrentan los emprendedores.
“No podemos pensar en que un autónomo o un empresario joven tenga las cargas fiscales que hoy tienen los grandes corporativos. No hay forma de trabajar de esa manera, no hay forma de tener una incorporación al mercado”, condenó.
“Ser joven no es sinónimo de ser junior. Si analizamos cuáles son las últimas 20 o 30 unicornios que han salido en Latinoamérica, todos son startups creadas y lideradas por jóvenes menores de 40 años”, concluyó.
FC