Su color y olor es la guía de las almas de los difuntos que viajan cada año del mundo de los muertos al de los vivos, pero es también el sustento de cientos de familias en México. Es el cempasúchil, la flor de los 20 pétalos por su raíz náhuatl Cempohuali (veinte) y Xochitl (flores).
El cempasúchil florece después de la época de lluvias, entre julio y noviembre, y es cultivada en 14 estados de la República, entre los que destacan Puebla, Ciudad de México, Tlaxcala y Oaxaca, donde grandes extensiones de tierra se bañan naranja con la puesta de sol.
Como cada año, esta temporada habrá una producción estimada de 6 millones de este tipo de flores, aunque para Jesús Alejandro Romero, quien sigue una tradición heredada por sus abuelos en Cholula y Atlixco, es complicado dar una cifra exacta porque la manera de contar para los pequeños productores no es por flor, sino por manojos.
“En media hectárea da alrededor de mil manojos de cempasúchil. Ni las plantas ni la flor las contamos, pero esa es casi siempre las preguntas que nos hacen, ¿cuánto pesa? ¿cuántas flores tiene?, y yo les digo que un manojo es una brazada y todo lo que cabe ahí —explica mientras con las manos detalla lo que para él es una brazada— ese es el manojo”.
Jesús contó a Notivox que un manojo lo llega a vender en 60 pesos, pero a los transportistas que los llevan a Ciudad de México se los da en 45 pesos, “pero ya es para que entre al mercado a competir”.
Para tener las flores en su punto es necesario seguir un calendario. El 22 de agosto se siembra en almácigos —recipientes donde se depositan las semillas, previo a su cultivo en jardines o huertos— y al mes, del 15 al 30 de septiembre, se tiene que hacer el trasplante. En el proceso participan cinco personas, pero para el corte hay que echarle montón “si no el tiempo gana. Entre 20 personas en un día terminamos uno, dos o tres predios. Hoy ves un cultivo y mañana ya no está”.
El corte y las primeras ventas inician desde mediados de octubre, fecha que puede variar dependiendo de la lluvia “porque la tumba cae sobre la flor y con su peso la inclina”, dice Jesús.
La flor de cempasúchil tiene su origen en México y desde hace tres años es la planta de ornato que más crecimiento ha alcanzado con 100 por ciento anual. En 2016 no se producía más allá de un millón de macetas en viveros y este año habrá una producción de 3 a 5 millones de macetas.
Para Heriberto Calderón, productor del vivero Rancho Calderón, parte del crecimiento se explica porque hay un fenómeno en el que la sociedad mexicana está recuperando sus valores tradicionales, como el Día de Muertos, además de algunas circunstancias que han ayudado como la película infantil Coco y el desfile de calaveras que se realiza en Ciudad de México a partir del rodaje de James Bond Spectre.
Mexicana
La flor surgió y evolucionó en México. Quienes la domesticaron fueron las tribus y los pobladores prehispánicos de Mesoamérica, para convertirla de planta silvestre a planta de ornato y medicinal. En el Siglo XVI, cuando los europeos vinieron a México, se la llevaron a Europa y luego hasta Asia.