El Elemental es uno de los mejores luchadores con los que cuenta el Consejo Mundial de Lucha Libre hoy en día. Ha subido de las primeras luchas a las estelares, su talento lo demuestra con su rudeza y ese ánimo que combate con combate lo caracteriza.
Pero detrás de esa persona que vive con intensidad la lucha libre, que ama y le apasiona lo que hace, hay una historia que conmueve, que impacta, y es que el enmascarado de las filas del CMLL, abrió su corazón en entrevista con MILENIO-La Afición y contó lo duro que fue la relación con su papá.
“En la actualidad tengo muy buena relación con mi papá, es algo que he trabajado, pero en su momento él nunca me apoyó, lo tengo que decir como es. Creo que jamás me ha visto luchar. Por mucho tiempo le tuve rencor, enojo hacia él, porque tal vez lo que uno espera de chico es el apoyo de su padre, ¿no? La aprobación, esa palmadita en la espalda de sí se puede, pero me tocó pasarla mal. Aprendí a ser hombre, o lo que aprendí hasta el día de hoy de cómo debería ser un hombre, lo aprendí solo”.
Destacó que gracias a los métodos de enseñanza de su papá le ayudó a forjar su carácter.
“No tengo más que decirle que gracias. Porque el haber pasado todos esos momento de mi vida, que a lo mejor lo necesité y no hubo alguien que me ayudara. Yo lo relacionó como en la película de los espartanos que mandaban al niño al bosque y sobrevive como puedas, yo lo vi así, no lo veo como que me abandonó, él habrá tenido sus problemas y sus razones, sin embargo le agradezco porque eso me forjó a ser quien soy el día de hoy, a tener esta mentalidad tan fuerte que tengo el día hoy, a no tener límites o que las excusas no sirven de nada”.
Afortunadamente para su causa, hoy en día tiene buena relación con él, e incito a todo aquel que tenga un problema con su progenitor a arreglar la situación.
“El día de hoy tengo comunicación con él. Si alguna persona que está leyendo esto en casa y está teniendo problemas con su papá, arreglenlos, no pasa nada. Todos somos humanos, así como nosotros nos equivocamos, cualquiera se puede equivocar y creo que nada es tan importante o más importante que estar bien contigo mismo y con las personas que te rodean, tus seres queridos”.
El trasfondo de su progenitor
Para entrar más en detalle en la vida del Elemental, su padre fue en su momento militar, labor que le llegó a afectar en su vida personal al estar mudándose de ciudad continuamente.
“Mi papá era militar y tenía esa manía de que siempre los militares los están cambiando de ciudad. Tenía amigos, luego los perdí por mudarme. Conocí muchas ciudades, la verdad, fue algo difícil el hecho de no poder crear vínculos muy cercanos con personas porque me tenía que andar moviendo. Fue una infancia algo solitaria, si la pudiera describir de alguna manera”.
Resaltó que incluso con su propia familia tampoco pudo convivir, los cortos lapsos le hacían tener pequeños destellos con sus allegados.
“Inclusive con mi propia familia, porque yo me considero una persona un poco distante de mis parientes. Yo los amo mucho, los quiero mucho, a mis abuelos, a mis tíos, primos, pero suelo ser algo distante porque realmente nunca pude convivir con ellos mucho tiempo. Conviví meses, semanas, y me tenía que ir de viaje otra vez. Entonces, como que no hubo ese click, ese vínculo de apego de estar cerca de ellos”.
El Elemental sacó todo lo positivo de las vivencias que pasó, y aseguró que gracias a eso disfruta su soledad y no le cuesta desprenderse tanto de las personas.
“Cuando tuve que emigrar a la Ciudad de México para empezar mi carrera profesional como luchador, no me costó trabajo porque ya era algo que ya estaba en mí, el hecho de dejar personas atrás, familia, amigos, y poder venir a hacer una vida nueva a la Ciudad de México y volver a hacer nuevos amigos. Aprendí a disfrutar los viajes, el estar lejos, fuera, solo”.
Del ring a la iglesia
Aunque ahora no se encuentra del todo solo, pues logró hacer una vida con la también luchadora profesional, La Catalina con quien contrajo nupcias en 2024.
“Es complicado porque a veces tengo que viajar, a lo mejor el lunes que luchamos en Puebla, se va ella el lunes a Puebla, yo me voy el martes a Guadalajara, ya no nos vimos dos días. Si acaso el miércoles hay entrevistas, trabajo, cosas, ya no nos vimos tres días. Jueves por lo regular descansamos, viernes, sábado y domingo de trabajo, y dependiendo mucho de qué fechas o en qué lugares estemos, es si nos vemos o no nos vemos”.
A pesar de que es complicado, añadió que han sabido sobrellevar la situación. “La convivencia no es igual como con una pareja, digámoslo así, que tenga un trabajo normal. Pero al mismo tiempo es divertido porque cuando nos vemos, tratamos de aprovechar al máximo el tiempo y sobre todo tratar de pasarla bien, contarnos, cómo te fue en tu lucha, cómo te fue en tu viaje, yo le platico mis anécdotas, ella me platica las suyas, y sale una muy buena plática y un buen momento”.
La relación con su madre
Si bien su madre llegó a dudar de él en sus comienzos en la lucha libre, siempre estuvo apoyándolo.
“La que siempre estuvo a mi lado, me apoyó, creyó en mí desde el minuto cero fue mi mamá, ella fue la que cuando yo me lesionaba, me llevaba a curaciones; siempre estuvo ahí en primera fila apoyándome, siempre estuvo motivándome, regañandome, cuando hacía las cosas mal, muchas veces ella me lo expresó que no le gustaba que me golpearan, que me lastimaran, que llegara tarde a casa, todo lo que yo tenía que hacer para poder luchar un fin de semana, cada mes, o sea, fue un proceso difícil, pero valió completamente la pena”.
Como buen hijo, recordó una anécdota con su progenitora quien le dijo que no viviría de la lucha libre, que se dedicara a otra cosa.
“Hoy platicó con mi madre y creo que en su momento ella me dijo unas palabras que después se las repetí, me comentó: ‘de la lucha libre jamás vas a vivir, mejor dedícate a otra cosa, estudia una carrera, busca algo que te deje dinero’, y cuando recibí mi primer cheque de aquí de la Arena México, recuerdo habérselo mandado y decirle, ‘mamá, gracias por tus palabras, pero te tengo que decir una cosa, el día de hoy estoy viviendo de la lucha libre, estoy logrando mi sueño y estoy en la mejor empresa de México, del mundo, que es el Consejo Mundial de Lucha Libre’”.
Un camino complicado
Por otro lado, El Elemental comenzó su carrera en Yucatán, un estado donde la lucha libre no es muy común.
“Fue complicado lo que le sigue. En Yucatán, si bien hay luchadores profesionales y hay funciones de lucha libre, no es un deporte que esté como aquí en la Ciudad de México, que hay funciones casi a diario. Recuerdo que a veces había una función al mes o cada dos meses, había veces que no había en tres meses, para todo esto, el entrenamiento fue constante, pero para tú realmente destacar, es algo difícil, es algo complicado, porque la lucha libre como tal, no era tan popular en la ciudad”.
A pesar de todos los obstáculos, nunca se rindió y siguió trabajando para que la oportunidad llegará.
“Soy fiel creyente de que las cosas pasan por algo, cuando yo empecé mis entrenamientos como luchador, hubo un maestro que llegó a la ciudad de Yucatán, que era de la Ciudad de México, que él estuvo entrenando aquí en el CMLL, de hecho, él ponía los exámenes para luchador profesional y llegó a la ciudad de Mérida, Yucatán, y cuando él llega, por casualidades de la vida, empiezo a entrenar lucha libre, lo conozco, él me enseñó todas las bases, que hasta el día de hoy estoy agradecido”.
También aprovechó el momento para agradecer a sus maestros Tony Salazar y Último Guerrero.
“He tenido muy buenos profesores, tanto buenos en el llaveo, en el aire, en rudeza, en específico aquí en el Consejo Mundial de Lucha Libre, pero, Tony Salazar y el profesor Último Guerrero, han sido los maestros que más me han pulido, que más me han ayudado a adaptarme al estilo de aquí del Consejo y sobre todo, a darle el valor a mis movimientos, a darle el valor a mi personaje, a mi lucha y creo que ellos dos han sido los que le han puesto la cerecita al pastel del Elemental para irse puliendo poco a poco”, concluyó.
FCM
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