A través de un mensaje en redes sociales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que se reuniría con su homólogo ruso, Vladimir Putin. El encuentro quedó agendado para el 15 de agosto de 2025 y representa la primera asamblea entre mandatarios de ambos países desde que inició el conflicto en Ucrania en 2022.
La cumbre entre Putin y Trump tendrá lugar en Anchorage, la ciudad más grande de Alaska, un lugar con una amplia relevancia histórica para ambos países, ya que era parte del territorio de Rusia hasta 1867.
En ese año, el zar Alexander II decidió vender Alaska a la Unión Americana para evitar que cayera en manos de Gran Bretaña. Para Trump, reunirse con el jefe de Estado ruso en este sitio es una muestra de "hermandad militar".
Pero, ¿cómo ha sido la relación entre ambos países durante el tiempo que se ha extendido la confrontación en Ucrania? En MILENIO te compartimos seis puntos clave para entenderlo.
"Un paria internacional"
Luego de años de concentraciones en la frontera, el 24 de febrero de 2022 las tropas rusas ingresaron a territorio ucraniano como parte de lo que Putin llamó una "operación militar especial".
Ese mismo día, el entonces presidente estadunidense, Joe Biden, anunció una serie de restricciones económicas y comerciales —como sanciones a los bancos y bloqueos a las importaciones— para mermar las actividades de Rusia. Su objetivo era convertir a Vladimir Putin en un "paria internacional".
"Esto nunca tuvo que ver con preocupaciones genuinas en materia de seguridad. Siempre se trató de una agresión descarada, del deseo de Putin de crear un imperio por cualquier medio necesario: intimidando a los vecinos de Rusia mediante la coacción y la corrupción, cambiando las fronteras por la fuerza y, en última instancia, eligiendo una guerra sin causa", acusó Biden en su primer pronunciamiento al respecto.
EU, Ucrania y la OTAN
En buena medida, la reacción de Estados Unidos —replicada en Reino Unido y la Unión Europea— se debe al relevante papel que juega en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), de la cual es miembro desde 1949.
Aunque Ucrania no se ha adherido a esta organización, ha recibido un robusto apoyo, traducido en dinero y armas, por parte de países que sí integran al bloque, incluyendo a Francia y Reino Unido.
En 2024, los miembros de la OTAN aportaron más de 50 mil millones de euros (poco más de 58 mil 500 millones de dólares) para la resistencia de Ucrania ante el conflicto. Del total de recursos, 60 por ciento provino de por aliados europeos y Canadá, pero Estados Unidos es el país que, de forma individual, ha gastado más en ayuda militar a Volodimir Zelensky.
Sumado a lo anterior, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha reconocido que el bloque europeo no podría funcionar, en materia de defensa, sin Estados Unidos.
Aunque Ucrania solicitó su ingreso a la organización tras la escalada bélica de 2022, el tema ha sido tratado con cautela, ya que su inclusión en este contexto pondría a todos los países aliados en conflicto directo con Rusia.
¿Qué desea Vladimir Putin de Ucrania?
Antes de que sus tropas ingresaran al territorio vecino, Vladimir Putin elaboró un escrito en el que negaba la existencia de Ucrania como un Estado soberano y consideraba que rusos y ucranianos eran "un solo pueblo".

En diversas ocasiones, el mandatario ruso ha expresado que su objetivo es "desmilitarizar" a Ucrania y convertirlo en territorio "neutral", pues considera que la expansión de la OTAN en la frontera con Rusia ha representado una seria amenaza durante décadas.
"Estoy seguro de que la verdadera soberanía de Ucrania sólo es posible en asociación con Rusia. Nuestros lazos espirituales y humanos se formaron durante siglos, tienen su origen en las mismas fuentes y se han endurecido con pruebas, logros y victorias comunes", puede leerse en el escrito de Putin, publicado en el sitio oficial del Kremlin en julio de 2021.
Asimismo, en octubre de 2023, durante una entrevista en la capital de China, Putin refrendó su postura y aseguró que todo se trataba "de los intereses del país. Es imposible suprimir los intereses de Rusia, deben ser tomados en cuenta".
Autorización de Biden para usar misiles de largo alcance contra Rusia avivó la tensión
Una de las eatapas de mayor tensión entre Rusia y Estados Unidos ocurrió en noviembre de 2024, cuando se anunció que el entonces presidente Joe Biden retiró la prohibición al uso de misiles norteamericanos por parte del Ejército ucraniano para ofensivas en territorio ruso.
El 19 de noviembre, un par de días después de que la autorización fuera revelada por medios como The New York Times, el Ministerio de Defensa ruso informó sobre el lanzamiento de seis misiles balísticos de fabricación estadunidense. Aunque no se reportaron víctimas, la Cancillería consideró que ello marcaba "una nueva fase de la guerra de Occidente contra Rusia".
La nueva estrategia de EU con Trump al mando
Durante su administración, Joe Biden pretendió mantener una postura de relativo distanciamiento con el conflicto. Con la llegada de Donald Trump al poder, Estados Unidos adquirió nuevo enfoque, más activo, ya que el fin de la guerra entre Ucrania y Rusia fue mencionado como una de sus promesas de campaña.
El mandatario aseguró que el conflicto terminaría en un plazo de 24 horas después de su arribo a la Casa Blanca. No ocurrió. Durante los meses siguientes, Trump impuso diversos ultimátums a Putin para que replegara a sus tropas bajo la amenaza de consecuencias económicas, como sanciones a quienes compran su petróleo. Asimismo, ha expresado su desesperación por la imposibilidad de convencer a Putin de desistir de sus aspiraciones.
En julio de 2025, Trump señaló que impulsaría el envío de armas a Ucrania, pero ya no de forma directa. En su lugar, estableció un mecanismo para que los países de la OTAN compren armamento estadunidense y lo entreguen a las tropas ucranianas.
Victoria diplomática para Rusia
Pese a que son inciertas las resoluciones que podrían surgir tras la reunión entre Donald Trump y Vladimir Putin en Alaska, el solo hecho de sostener un encuentro formal con la máxima autoridad estadunidense representa ya una victoria, en el ámbito diplomático, para el Kremlin.
Desde la perspectiva de John Bolton, asesor de seguridad nacional de Trump en su primer mandato, invitar a Putin a una reunión en suelo estadunidense, a pesar de la existencia de una orden de arresto por parte de la Corte Penal Internacional, es una recompensa para el dirigente ruso.
"Quire llevarse bien. Cree que es amigo de Putin, pero no creo que Putin piense que es amigo suyo", dijo en una entrevista con The New York Times.
BM.