Las luces de los reflectores voltearon hacia el conservador Pierre Poiliévre tan pronto Justin Trudeau anunció su renuncia como Primer Ministro de Canadá y líder del Partido Liberal.
En las encuestas de enero, el político considerado como “el Trump canadiense” aventaja las preferencias electorales por 24 puntos: cinco de éstos obtenidos tras reventarse la crisis política contra Trudeau por visitar a Donald Trump en su residencia de Mar-a-Lago— y donde fue despreciado por el presidente electo de Estados Unidos (EU)—.
Así es que el presidente del Partido Conservador ha comenzado a perfilarse como el elegido para poner fin a la era Trudeau, a tan sólo dos años de asumir la dirigencia del bando y poco más de 25 años de haberlo proyectado en su juventud.

Un ensayo de última hora
“Aunque los canadienses rara vez lo reconocemos, el guardián más importante de nuestro estilo de vida es la libertad”, se leía en uno de los diez ensayos que pasaron a la final del concurso de ensayo As Prime Minister (“Como primer ministro” por su traducción al español) de 1999. El autor de aquel escrito era Pierre Marcel Poiliévre.
Fundado en 1995 por Magna International Inc. —el mayor proveedor de sistemas y componentes automotrices del país—, el certamen convocaba a jóvenes de todas las universidades de Canadá a compartir qué harían si se convirtieran en el Primer o la Primera Ministra. Así fue que para su quinta edición se recibieron más de 500 trabajos, de los cuales sólo diez serían finalistas.

Los premios no eran para menos: quienes pasaban a la última etapa recibían 10 mil dólares canadienses en efectivo y una pasantía de cuatro meses en las instalaciones de Toronto de Magna International equivalente a 12 mil dólares. Además de tener la oportunidad de compartir su escrito frente al entonces Primer Ministro, Jean Chretien.
“Será un honor hablar con alguien que ocupa una oficina tan respetable como esa”, reflexionó el joven Poiliévre en una entrevista con Calgary Herald. “Espero que ninguno de mis argumentos sean ofensivos para el Primer Ministro”, declaró el estudiante respecto a la postura que plasmó en su trabajo contra el “antiguo sistema” de gobierno.
En aquel año Pierre Poiliévre estudiaba el segundo año de un programa de comercio en la Universidad de Calgary, donde posteriormente cursó la licenciatura en Relaciones Internacionales. Asimismo, formaba parte del Partido Conservador Progresista de Alberta y del Reformista Federal.

Inspirado por uno de sus amigos que resultó ganador en la edición anterior, Poiliévre comenzó a redactar su trabajo un día antes del cierre de la convocatoria, específicamente a las 11 de la noche y terminó hasta las 5 de la madrugada del día siguiente.
“Cuando envié el ensayo, crucé dedos y esperé lo mejor”, confesó en una entrevista para el periódico escolar de la Universidad de Calgary. Y cuestionado por su reacción al ver los resultados de la final, relató: “Fue como ganar la lotería. Estoy extasiado, como podrías imaginar que estaría cualquier estudiante hambriento”.
El gobierno de Poiliévre: esto decía su ensayo
Pierre tituló su escrito “Construyendo Canadá a través de la libertad” y, tal cual se señala, consideraba que un Primer Ministro debía ceder a la ciudadanía la mayor parte del control social, político y económico. Esto, señaló, con el objetivo de que la gente cultivara su prosperidad y gobernara sus asuntos de la manera más directa posible.
“Cuanto más se involucre el gobierno en la carrera, mayor será el número de obstáculos que encontrarán los competidores”, planteó en una comparación con las competencias olímpicas. Estos fueron algunos de sus puntos.
Empoderar a contribuyentes

Tras destacar la fuga de talentos a EU y los bajos ingresos de la época, Poiliévre habló de implementar un programa de desgravación fiscal para empoderar a los y las contribuyentes, a través de tres ejes:
- Eliminar el impuesto a las ganancias de capital para liberar miles de millones de dólares en inversiones bloqueadas. O, a modo de Plan B, eliminar todos los subsidios corporativos para cubrir la diferencia.
“La filosofía de mi gobierno sería que un dólar dejado en manos de los consumidores e inversores es más productivo que un dólar gastado por un político o burócrata”.
- Mitigar la “abrumadora carga de impuestos” para los sectores más pobres y aumentar la exención personal; la cual estaría vinculada al crecimiento económico.
- Reducir progresivamente las primas del seguro de desempleo hasta niveles sostenibles, reservando para los periodos de recesión.

Libertad democrática
Otra de las críticas de Poiliévre calificaban al Poder Legislativo como un sistema “impotente y obsoleto” que se “prestaba al clientelismo”. En tanto consideraba que el poder reposaba en las manos del Jefe de Gobierno y no del pueblo. De ahí que expuso:
“Como Primer Ministro trataría de encontrar formas de empoderar a los ciudadanos, reduciendo mi propio margen de control. Mi objetivo sería hacer que las urnas, no la Oficina del Primer Ministro, sean la institución más poderosa de Canadá”.

Reformar al Parlamento
Cabe recordar que el Primer Ministro de Canadá es, a su vez, el líder del partido que más escaños gane en el Parlamento. Para entonces, recordó el estudiante, el bando ganador obtuvo sólo el 38% de la confianza de los votantes. De ahí que el último apartado de su ensayo apostaba por un “Parlamento refrescante”.
El planteamiento no sólo implicaba cambiar el sistema de representación en el Senado, también que las elecciones federales se celebraran cada seis años— actualmente es cada cuatro— y modificar el proceso para legislar proyectos importantes (asuntos presupuestarios, declaraciones de guerra, acuerdos internacionales, etc.), de tal modo que éstos sean aprobados con el apoyo mínimo de siete senadores.

En la Cámara de los Comunes promulgaría un sistema de revocación de mandato, mientras él, como Primer Ministro, se comprometería a dimitir tras cumplir un segundo mandato.
“A los funcionarios electos no se les debería permitir que se acomoden en los pasillos del poder de una nación. Si se les permite hacerlo, los políticos dedicarán su tiempo a encontrar formas de perpetuar su propio poder, en lugar de construir sobre la base de la libertad de su país”.
“Canadá es la nación más grande del mundo gracias a los individuos que la componen. Si se les concede una mayor libertad personal y financiera, no habrá límites para el progreso que Canadá alcanzará en el próximo siglo”, atajó el joven estudiante de la Universidad de Calgary sin imaginarse que 26 años después sería la gran apuesta del Partido Conservador para convertirse en el Primer Ministro.
ASG