Hace un par de semanas el entorno de América lucía un tanto espeso, con diversas críticas hacia el equipo que parecía perder el rumbo de los últimos tiempos en los que fue una escuadra ganadora, las derrotas en la Final ante Toluca, en el repechaje por el Mundial de Clubes ante el LAFC y caer eliminado en la Leagues Cup generaron un ambiente enrarecido en Coapa.
Eso sí, al interior del club había calma, la euforia no se desató en la bonanza y ahora tampoco se echaron al vacío. No se vio una crisis, aunque se aceptaba que había situaciones que se tenían que corregir. Y también tener cierta calma para ir encontrando la forma que se esperaba.
Hubo incluso un momento que Jardine sí que respondió con el palmarés por delante, cuando al final del partido con Necaxa se le cuestionó si no le preocupaba que de los últimos 17 partidos solo había ganado 4; respondió con otra interrogante: "te preocupan 4 finales y 3 títulos… ya contesté", soltó.
Tampoco le gustó que se le insinuara si no tenía pensado pedir una cuota de paciencia a la afición en medio del trance que se vivía, lo único que esperaba André era que el americanista puro y duro, entendiera de dónde venían.
Victorias que cambian
Pues bien llegaron los duelos ante Tigres, un juego que era visto como el examen perfecto para medir capacidades, porque los universitarios del norte poseen recursos similares a los que hay en Coapa, aunado a que el fichaje estrella del torneo lo habían hecho los de la UANL con la contratación de Ángel Correa. Sobre el césped, ni la presencia de un campeón del mundo inquietaron a las Águilas que vinieron de atrás y se llevaron un triunfo contundente, un 1-3 que dejó en silencio el Volcán.
Pero lo que realmente ha vuelto a poner al americanismo en pie fue lo logrado ante Atlas. Un partido con varias lecciones, primero, el equipo se puso en ventaja, luego Atlas le remontó, lejos de amilanarse, Jardine movió el equipo, tocó la tecla justa.
Todos los cambios que hizo el brasileño tuvieron un impacto en el partido ante los rojinegros que encendieron al propio equipo y a la afición, movimientos que demostraron la amplia baraja que tiene André a su disposición para cambiar el rostro de su equipo según las necesidades que tenga.
Primero, Kevin por Dagoberto, y el lateral tuvo una irrupción que acabó en la asistencia para el gol del empate de Fidalgo; Maximin por Brian y el francés fue el autor del gol que le dio la vuelta al juego. Zúñiga por Aguirre para dar aire fresco al centro delantero.
Más adelante, Violante por Zendejas y fue Isaías el que asistió a Maximin para el 2-3. Y lejos de echarse atrás Dávila por Juárez, y el chileno provocó un penal que aunque falló, estuvo más rápido en el contraremate.
Los últimos 6 puntos tienen al América en un estado completamente opuesto al de hace unas semanas; la estabilidad ha vuelto al entorno americanista que ve a su equipo con la condición de aspirante. Sublíder general, invicto, segunda mejor ofensiva y defensiva. La mano de cartas que guarda André Jardine, tiene pinta de ser una escalera real.
SLJ
