La Avenida Juárez de Torreón, Coahuila, es mucho más que una calle transitada. Es un espejo en el que se reflejan los suspiros del tiempo, donde el ayer y el hoy se funden en una danza silenciosa.
Las imágenes recién capturadas en 2025 nos muestran el contraste entre una época de carruajes y fachadas elegantes y la modernidad entre edificios de concreto. Cada imagen es un poema visual que nos habla de progreso y nostalgia, de cambios inevitables y recuerdos imborrables.

A la izquierda de cada fotografía, las postales en sepia de principios del siglo XX nos revelan un Torreón en su infancia, cuando la Zona Centro comenzaba a erguirse con orgullo. En esas imágenes, los tranvías surcaban la avenida como venas de un cuerpo en crecimiento. Las banquetas se llenaban de caballeros con sombrero y damas con vestidos largos, mientras los comerciantes abrían sus puertas a la esperanza de un porvenir próspero.

Pero el siglo XXI trajo consigo otro rostro. En la parte derecha de las imágenes, la Avenida Juárez muestra sus nuevos colores. Los rieles del tranvía han desaparecido bajo el asfalto, los escaparates han cambiado su luz amarillenta por reflejos de LED y los pasos apresurados sustituyeron el andar pausado de antaño. El tiempo ha cambiado la textura de la ciudad, pero en cada rincón sobrevive la esencia de sus orígenes.

La Zona Centro, que vio crecer a Torreón desde finales del siglo XIX, fue testigo de la bonanza algodonera y el auge del ferrocarril. En su apogeo, era el corazón latente de la economía y la cultura lagunera, con teatros, bancos y hoteles que daban fe de su esplendor. Hoy, aunque el bullicio es diferente y las fachadas han cambiado, la historia sigue hablándonos desde sus esquinas desgastadas por el tiempo.

Un cambio más alla de lo arquitectónico y urbanístico
Las comparaciones entre ambas épocas no solo resaltan el cambio arquitectónico y urbanístico, sino también la transformación del espíritu de la ciudad. Lo que antes era símbolo de elegancia y exclusividad ahora se convierte en dinamismo y diversidad. La Avenida Juárez ya no es la misma, pero sigue siendo el alma de Torreón, un punto de encuentro entre generaciones que caminan sobre los ecos del pasado.
A pesar del paso inexorable del tiempo, algunas cosas permanecen. En la brisa polvorienta que recorre la avenida, en el murmullo de los comercios y en la sombra de los árboles centenarios, aún se escuchan los susurros de una época dorada. Cada edificio modernizado lleva en su estructura los cimientos de aquellos días en los que la ciudad apenas despertaba a su destino de grandeza.
Así, las fotografías de la Avenida Juárez en 2025 nos invitan a contemplar el ayer con respeto y el mañana con curiosidad. Porque la historia no es solo aquello que quedó atrás, sino también lo que sigue latiendo en cada adoquín, en cada vitrina y en cada mirada que, al recorrer la calle, se encuentra cara a cara con el tiempo mismo.

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