Entre porras, vivas y aplausos, el ondear de las banderas con el logo de Morena y un baño de arroz sobre el ataúd 'como se acostumbra' en la sierra del Totonacapan, Veracruz, cientos de personas acompañaron hasta su última morada a Germán Anuar Valencia, El Napo, candidato de Morena y Partido Verde (PVEM) a la alcaldía de Coxquihui, asesinado el 29 de abril al concluir el mitin del arranque de su campaña política.
Fue sepultado en el panteón de la comunidad de El Arenal donde vivía y donde fue asesinado.
El Napo murió cuando, al concluir su mensaje de inicio campaña y al atender algunas solicitudes de ayuda, ocho hombres fuertemente armados llegaron hasta la mitad del campo de futbol donde se encontraba, abriendo fuego contra el candidato y una decena de personas más, incluyendo una bebé y un menor de edad.
Con cinco balazos en el pecho y brazos, el líder de taxistas y citricultor gritó a la gente que corriera para ponerse a salvo; él intentó hacer lo propio, corrió hacia su casa ubicada a escasos 50 metros y se desplomó.
Lo trasladaron al hospital de Entablaero, en Espinal, pero el mal estado de las carreteras de la región hizo que un recorrido de 30 kilómetros tardara casi una hora, por lo que al llegar no había personal, ni equipo para atender emergencias.
Ataque armado también deja 10 heridos
Manchas de sangre aún se ven sobre la tierra donde cayó el candidato; y en el campo deportivo, quedan restos de las cintas amarillas con que resguardaron la escena del crimen.
Los presuntos asesinos permanecieron en el lugar casi 20 minutos, se llevaron una de las camionetas que al final terminaron abandonando en un paraje de la carretera Oriente - Coxquihui con las puertas abiertas, pues los caminos fueron cerrados por amigos y taxistas, mientras los policías municipales no se presentaron en el lugar.
Docenas de balazos disparados por los ocho sicarios, alcanzaron al menos a 10 personas, varias de ellas no aparecen en el conteo oficial de seis heridos.
Algunos de los heridos fueron vistos durante el velorio y cortejo fúnebre, entre ellos, un amigo de El Napo que, con el pie herido y vendado, narró el terror que vivieron.
Al igual que el hijo del candidato, en prolongada charla comentaron que hay temor, y hoy nadie se atreve a tomar la estafeta y sustituir al fallecido candidato.
Cientos de personas llegaron al sepelio con flores, muchas de ellas cultivadas en su jardín; personas que apoyaban, al que esperaban, fuera el primer alcalde de Morena.
Al salir de su casa, los pobladores lanzaron sobre el féretro de madera arroz.
“Es una costumbre de acá” explicó uno de los asistentes.
Ya en el cementerio, fue despedido con aplausos, vivas, porras.
Su hijo agradeció el apoyo y acompañamiento de sus amigos, gente leal y con agallas que 'cuando pasó el hecho no se echaron para atrás'.
Su otra hija y la esposa de El Napo, se abrazaban desconsoladas, pues se fue el pilar de la casa.
Hasta el momento no se conoce que haya personas detenidas por este crimen, aun cuando existen videos de cámaras de seguridad donde se ve quienes fueron.
En la carretera que lleva al pueblo mágico de Zozocolco, elementos de la Defensa colocaron un filtro de seguridad y revisión de quienes transitan por el lugar.
MML