Trece niños, una madre de familia y un hombre, de la caravana migrante, dormirán afuera del cruce fronterizo a pie en Mesa de Otay porque las autoridades de Aduanas y Protección Fronteriza les impidieron ingresar para solicitar asilo al gobierno de Estados Unidos.
“Son ocho menores no acompañados, una mamá con 5 niños y un adulto varón. Evaluamos todos los casos y determinamos que todas estas personas corren mucho peligro en México”, expresó Nicole Ramos, abogada del Proyecto Al Otro Lado.
Los menores llegaron desde las cuatro de la tarde, pero los agentes de inmigración les impidieron el paso, desde entonces los niños y dos adultos aguardan amontonados a un costado de la puerta giratoria que da acceso al cruce fronterizo, que de acuerdo con el límite territorial ya es territorio norteamericano.
“Bajo la ley federal e internacional se tiene que aceptar a todo el grupo, no estamos en territorio mexicano, sino americano”, por eso la activista cuestionó el que platiquen agentes del Instituto Nacional de Migración con elementos de la Patrulla Fronteriza respecto al grupo que es parte de la caravana migrante.
El argumento que les dieron es “que no tienen la capacidad para acomodar al grupo en el puerto de entrada”, pero sí de “poner soldados y alambre, portar uniformes de guerra. ¿Pero por qué no pueden dar más espacio para acomodar y procesar refugiados bajo la ley y dignidad que todos merecen?”, cuestionó la abogada.
Los menores están acurrucados entre sí para soportar el frío en esta parte de la norteña Tijuana, a donde se desplazaron, desde noviembre pasado, más de 6 mil centroamericanos con el objetivo de solicitar asilo al vecino país ante la falta de oportunidades laborales y económicas en sus naciones.
EB