Barcelona. El director venezolano Gustavo Dudamel considera que el compositor de West Side Story, el estadunidense Leonard Bernstein, “es un personaje irrepetible, su música está más viva que nunca”.
Dudamel dirigirá a la Orquesta del Gran Teatro del Liceu de Barcelona, España, este martes 29 y el miércoles 30 en una versión sinfónica de la obra con la que el recinto cerrará temporada.
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Este lunes, durante la presentación de las dos funciones del popular musical, Dudamel calificó a Bernstein como “genio de la orquestación, que dominaba la música latina, el mambo, sus ritmos.
En su opinión, “las danzas que atraviesan la obra entera es música con la cual te sientes identificado, seas de donde seas, y Bernstein lo hace de manera muy natural, jugando con el jazz latino y todos esos ritmos y colores hacen que la obra tenga una luz y un espíritu especial”. El propio maestro venezolano tuvo la oportunidad de acercarse a West Side Story como musical, como ópera y como banda sonora de película, “y en todas las dimensiones la obra es una maravilla”, reconoció.
Acerca de su trabajo en la versión del Liceu de Barcelona, el músico sudamericano explicó que para las dos funciones el enfoque será “con más orquestación que en el musical”, más cerca de la versión en la única vez que la dirigió Bernstein en 1984.
Comentó que no se trata de una amplificación como en un concierto pop y que en la orquestación se han introducido la batería, la guitarra eléctrica, la guitarra española, la mandolina, la percusión latina e instrumentos jazzísticos.
“Sin desmerecer a Bernstein, es muy diferente de tocar un Verdi, un Puccini o un Wagner. Con West Side Story, cuando una orquesta toca esa música se desinhibe porque la música es un disfrute”, agregó.
Una obra que ha trascendido a su tiempo
Los papeles principales estarán a cargo de la soprano Nadine Sierra, en el papel de María, y el tenor peruano Juan Diego Flórez, como Tony.
Para Dudamel, la obra ha trascendido a su tiempo: “Refleja no solo a un país: vivimos un gran dilema mundial con respecto a la inmigración y ahora se hace más obvio en Estados Unidos porque el tema está en la palestra, pero es la piedra con la que el humano se choca permanentemente”.
El director lo relaciona con María y Tony, que pertenecen a dos grupos de jóvenes que luchan por un territorio, “pero al final se dan cuenta de que son lo mismo, que pertenecen al mismo lugar.
“Hay que seguir haciendo arte que refleje esas realidades y sobre todo (nos advierta de) lo que no debemos hacer”, respondió a la pregunta sobre el conflicto con los inmigrantes desatado por el gobierno del presidente Donald Trump.
