En el horizonte de la música mexicana y la ingeniería, la historia de Coral Arenas es sorprendente. Ella ha logrado conquistar dos mundos aparentemente distantes con una dedicación fuera de serie. Además de ser a sus 15 años la alumna más joven de la Universidad de Sonora, en la carrera de ingeniería en mecatrónica, también forma parte de la Orquesta Sinfónica Infantil de México (OSIM). Ella representa a una generación capaz de soñar y de crear realidades sin renunciar a ninguna de sus pasiones.
La pequeña percusionista reconoce que es exigente equilibrar ambas vocaciones, pero la disciplina aprendida en su hogar y el entusiasmo por la tecnología y la música le permiten disfrutar de ese proceso. “Sí implica una gran exigencia, pero la verdad, con la educación y mi familia no lo veo tan pesado, porque la música para mí es divertida”.

Para Coral, la música es un reto, pero también una fuente de diversión y creatividad, mientras que "la ingeniería en la que estoy inscrita me gusta mucho, me gusta la tecnología, el ámbito de armar, desarmar y arreglar”, lo que me proporciona otra forma de satisfacción intelectual.
Al integrarse a la OSIM, Coral identificó el valor de la colaboración y el sentido de pertenencia. “Pues siento yo, que es mucho trabajo colectivo, colaboración con todas las secciones… Mis compañeros son muy buena onda, siempre hay disposición de parte de ellos y de quienes nos apoyan”.
Coral destaca cómo la convivencia con otros jóvenes músicos, tanto en ensayos como en presentaciones, fomenta un trabajo colectivo sólido donde cada integrante y cada sección aprende a armonizar sus esfuerzos.
Valora especialmente el apoyo y la disposición de sus compañeros, quienes le han mostrado talento y compañerismo, facilitando su integración y crecimiento personal.
Coral comparte que, la música le ha enseñado paciencia y a valorar “las pequeñas cositas, porque, aunque algo sea tan chiquito puede afectar o ayudarte”. Por eso es importante darles atención a los pequeños detalles, entendiendo que incluso los cambios más mínimos pueden tener un gran impacto en una interpretación.
La perseverancia
En su formación como ingeniera, donde la perseverancia y el ensayo constante son esenciales para superar los problemas que surgen en la programación o en el manejo de circuitos y matemáticas avanzadas. La lógica, el trabajo metódico y la capacidad de encontrar soluciones alternativas son habilidades que transitan entre ambas disciplinas.
Ser parte de una orquesta con invitados de Colombia, El Salvador y Panamá resulta para Coral “muy interesante y muy padre”. Eso ha enriquecido su perspectiva y le ha permitido abrirse a nuevas experiencias y comprender otras realidades. Disfruta la oportunidad de convivir y formar amistades con compañeras extranjeras, compartiendo no solo música, sino también aspectos culturales como la gastronomía o las expresiones coloquiales.

Ve esto como una forma de enriquecer conocimientos y abrir horizontes, fomentando el entendimiento mutuo entre jóvenes de distintos países.
Su mensaje a otras niñas, niños y jóvenes
La historia de Coral es de perseverancia, ya que luego de tres intentos y años de exigencia por parte de docentes y familiares, superó obstáculos y por fin logró ingresar a la OSIM.
Para Coral hay una frase que la define: “La perseverancia es más fuerte que la inteligencia”. Por ello, aconseja a quienes desean formar parte de la OSIM o seguir un sueño artístico o académico a nunca rendirse, abrazar el esfuerzo y disfrutar de lo que realmente les apasiona, sin dejarse llevar por imposiciones externas.
Coral visualiza un futuro donde la ingeniería y la música sigan siendo parte fundamental de su vida. No descarta especializarse en percusiones, educación musical o incluso veterinaria, combinando siempre la música como un hobby profesional.
Considera que aunque la música no siempre asegura estabilidad económica, ofrece beneficios personales invaluables como la calma, el gozo y la formación de amistades duraderas.
Coral invita a otros jóvenes a vivir la experiencia de la OSIM, convencida de que marcará positivamente el resto de sus vidas; dice que la música sirve para conectar con otros, tranquilizar el corazón y desarrollar habilidades útiles en cualquier ámbito profesional o vital. Su testimonio es un ejemplo de tenacidad, curiosidad y profundo amor por la música y la ciencia, inspirando a futuras generaciones a encontrar su propio camino, disfrutando y aprendiendo en el proceso.

BSMM