La actriz y cantante Lisset, reconocida sobre todo en el teatro musical y también como presentadora de televisión, se sinceró recientemente con Gustavo Adolfo Infante.
En la plática reveló que atravesó una depresión que le impidió participar en un gran proyecto y que incluso llegó a intentar quitarse la vida.

Lisset sufrió una fuerte depresión
La intérprete compartió que pasó por una etapa muy complicada justo cuando llegó el casting de Mamma Mía. En ese tiempo, su padre falleció de cáncer, su madre fue intubada, su mascota murió y, además, le detectaron un quiste en la cuerda vocal y un mioma en la matriz.
“Yo estaba tan mal en todos los sentidos… no quiero que se escuche que Claudio, a quien respeto mucho, me estaba rogando, porque no está bien. Accedí a ir al casting y cada vez que regresaba, porque son varios callbacks, yo lloraba, pero no por el casting, yo lloraba por mi situación”.
Aseguró que, aunque no tenía energía, logró quedarse con el papel.
“Estaba en una depresión profunda que después se me diagnosticó. Fui con un neurólogo maravilloso, me empecé a atender (…) Me llaman y me dicen: ‘Tú eres la Donna Sheridan de México’. Y yo pensé: ‘¿Qué?’. Más allá de darme gusto, dije: ‘No, tengo que cantar 23 canciones y estoy en tratamiento’”.
La actriz recordó que comenzaron los ensayos y ella admitió que no podía con la carga:
“Me diagnosticaron depresión, empecé a ensayar con mis tratamientos y, como soldado, no me sentía apta para estrenar”.
Aunque aceptó que llegó a pensar en quitarse la vida e incluso abandonó el proyecto por ello, el pensar en su madre y en su hija fue lo que la ayudó a seguir adelante, además de continuar con su tratamiento.
Asimismo, confesó que, aun estando en un escenario lleno de elogios, la depresión no le permitía disfrutar nada:
“Sí lo pensé y se los dije tal cual: ‘No puedo, no puedo, quiero irme con mi papá’. Es muy grave que te digan: ‘Estás en el teatro, estás maravillosa, estás cantando increíble’. Te pueden decir misa y no escuchas nada”.