Con décadas de trayectoria, Eddie Murphy no necesita demostrar nada, ha sido comediante, estrella de acción, leyenda del cine. El último encargo, su más reciente película, lo regresa al principio de su carrera: hacer reír sin pretensión; no por nostalgia, no por ser una especie de fórmula probada, sino por una certeza íntima que lo acompaña desde hace años.
“Estoy tratando de continuar lo que he estado haciendo por casi 50 años: hacer reír a la gente, pasarla bien —comentó Eddie Murphy durante una charla con MILENIO—. Cuando veo a mi alrededor, todo lo que tengo, todas las bendiciones en la vida, vienen de hacer reír a los demás. Y solo quiero seguir haciendo eso”; ese entendimiento sobre su vida profesional es lo que acelera su motor en la industria.
El pensamiento resume no solo su trayectoria, sino el corazón de esta comedia de acción que llega a la pantalla de Prime Video como una bocanada de aire fresco, en tiempos de discursos complejos. Murphy propone algo simple y necesario: entretenimiento puro.
“No se trata de política, ni de los problemas del mundo, solo vas y durante dos horas tienes una experiencia increíble, te diviertes con personajes adorables; es lo intento hacer con esta película: solo entretener, puramente”, dijo.

La risa como legado
Eddie Murphy marcó la historia del cine con 48 horas, una película que fue un éxito de taquilla, y que además dio origen al ahora clásico subgénero buddy cop.
Lejos de pensar en ese gran legado que representa para la industria del entretenimiento y para sus colegas que lo consideran un verdadero ícono, el actor nacido en las filas de Saturday Night Live solo sigue su camino:
“Eso es algo a lo que no le presto mucha atención —explicó con humildad—, solo hago lo mío y avanzo sin mirar atrás”.
“Me han dicho: ‘Tú fuiste de los primeros en hacer comedias de acción’. Antes de 48 horas no existía como tal el género de comedia de acción y los policías eran muy serios, tipo Clint Eastwood, de esos de ‘Go ahead, make my day’; fue la primera película que mezcló acción y comedia, luego vino Un detective suelto en Hollywood —agregó el actor—. Después todos los policías empezaron a tener frases tipo ‘Hasta la vista, baby’ o ‘Yippee-ki-yay, mother’. Comenzamos ese género, sin querer, pero lo empezamos”.
Acción, humor y una antiheroína
En El último encargo, Murphy interpreta a un conductor de un camión blindado atrapado en un asalto ejecutado por un grupo de criminales, con ellos una mujer que lejos de ser la villana se convierte en una figura moralmente ambigua, guiada por la venganza.
“Es una película de mucha acción y debía tener cuidado —comentó Eddie—. Ya estoy en mis 60, uno puede lastimarse. Estábamos dentro del camión la mayor parte de la película, el mayor reto era pasar el día sin lastimarme; me hice muchos moretones, rasguños y heridas”.
La antiheroína Zoe es interpretada por Keke Palmer, quien describe su papel como “una mujer inteligentemente poderosa, y llena de dolor”.
En la historia, su personaje pierde a su padre y eso la conecta con una parte personal, porque “luchar por el legado de un padre, especialmente cuando eres hija, es una perspectiva muy profunda y diferente que me emocionaba explorar; siento lo mismo por mi papá. En todo lo que hago, en todo lo que el mundo no pudo ver que él hiciera, quiero que lo vean a través de mí”.
El elenco lo completa Pete Davidson, quien da vida a un joven solitario atrapado en la misma trama. Para él, la comedia nace de la vulnerabilidad: “No quiero que suene cursi, así ha sido toda mi vida y mi carrera. Curiosamente, ese es mi fuerte: ser muy vulnerable. En los momentos más oscuros, yo me río por lo ridículo de la situación; hay dos tipos de personas: las que se quiebran ante la adversidad, y las que se ríen y buscan soluciones; me divierto con eso”.
Si pudieran robar algo
En El último encargo, el robo al camión tiene un trasfondo mucho más profundo que llevarse dinero, Zoe, la líder del atraco, busca justicia para su padre.
Si el elenco pudiera robar algo del mundo real, que no fuera dinero, sería “paz mental —aseguró Eddie Murphy, con total sabiduría de un actor que lo ha visto todo—. Es lo más poderoso que puedes tener. Si tienes paz mental, lo tienes todo; pero no tengo que robarla, porque yo la tengo. No necesitas robarla, solo hay que perseguirla”.
Keke Palmer no titubeó al responder que robaría “tiempo”, ese tesoro que todos intentamos estirar: “Si pudiera encontrar una forma de robar la curvatura del tiempo, lo haría”.
Pete Davidson la interrumpió y de inmediato dijo que robaría “la fórmula para eliminar el miedo”, porque tener miedo en la vida “solo te milita. Y eso también se relaciona con el tiempo, si no tienes miedo, entonces no tienes miedo de quedarte sin tiempo”.
