Espectáculos

Hachikō regresa a México en versión china y con premiere para perros

Será el 18 de mayo cuando Hachikō, una historia verdadera tenga una función especial previa a su estreno en todo el país

Un siglo después de su nacimiento, el perro más célebre de la historia, Hachikō, tiene un segundo remake en el cine, pero ahora ambientado en China, con novedosos tintes sociales y culturales, y quizás con la intención de sus productores de cambiar la imagen del y en el país asiático respecto de los canes.

Hachikō, una historia verdadera (2023) se estrena el próximo jueves 23 de mayo en más de 500 salas mexicanas, donde seguramente volverá a arrancar suspiros y a desatar lágrimas. Antes, para el sábado 18 de mayo, Tulip Pictures organizó una premiere para perros, que podrán ir acompañados de sus dueños al Autocinema Coyote Insurgentes (Insurgentes Sur 1729, Guadalupe Inn), en función canina.

El filme, rodado en la ciudad central china de Chongqing, fue dirigido por Xu Ang (1978) a partir del guion que hizo Kaneto Shindō para la película original Hachikō Monogatari (La historia de Hachikō), que dirigió en 1987 Seijiro Koyama, inspirada en un akita inu que esperó nueve años en la estación de trenes de Shibuya el regreso del profesor Hidesaburō Ueno, quien había muerto el 21 de mayo de 1925.

Hachikō (Señor Ocho) nació un 10 de noviembre de 1923; a principios de 1924 Hidesaburō Ueno lo encontró y se forjó un fuerte lazo entre ambos hasta la muerte del profesor por derrame cerebral en la Universidad de Tokio, adonde se trasladaba todos los días vía tren a impartir clases. El perro sobrevivió hasta el 8 de marzo de 1935 y todos los días volvió a esperar a su amigo a la estación de Shibuya, donde, desde abril de1934, se le erigió en vida una estatua de bronce como monumento a su fidelidad.

De esa historia real, el catalán Lluís Prats escribió una novela Hachiko. El perro que esperaba (Galera/Océano, 2014), que ganó los premios Folch i Torres 2014 en Cataluña y Strega Ragazzi 2018 en Italia.

Aunque la popularidad global de la historia la consiguió el primer remake, Hachi: A Dog’s Tale (Siempre a tu lado), que filmó el sueco Lasse Hallström (1946) para Hollywood en 2009, con Richard Gere en el papel que le dejó muy alto la leyenda viva japonesa del séptimo arte, Tatsuya Nakadai (1932), la versión china no desmerece de sus antecesoras y aporta, protagonizada por Xiaogang Feng.

Con la famosa actriz y directora Joan Chen, que hizo carrera en Hollywood (El último emperador, Otoño en Nueva York), en el rol de la esposa de Chen Jingxiu (Xiaogang Feng), el filme comienza con el regreso de ella, su hijo, nuera y nieto a Chongqing después de que se mudó a Pekín 10 años antes.

La película tendrá una premiere especial en el Autocinema Coyote
La película tendrá una premiere especial en el Autocinema Coyote | Especial

En flash back, Li Jianzhen regresa 15 años cuando su esposo, el profesor Chen, se encontró en un viaje por una localidad abandonada por sus habitantes a un cachorro, que supuestamente escapó de una granja de perros (donde sacrifican a estos animales para alimento humano). Descarta devolverlo y lo lleva a casa, después de enfrentar prejuicios y supersticiones de sus colegas, que no lo quieren adoptar.

Esos son los primeros aspectos sociales y culturales que aporta la película de Xu Ang, quien ya antes había hecho el remake de Doce hombres en pugna (12 Angry Men, clásico de Sydney Lumet de 1957): cambios por la modernización de las ciudades chinas y una cara más amable sobre su trato a los perros.

A lo largo de la película el temor del profesor Chen —y del espectador— es que Hachikō (Batong) no termine en el mercado como carne para los estofados chinos. Además, el protagonista saca con frecuencia a pasear a su perro por las calles de Chongqing y la ribera del Yangtsé, en donde se encuentra con otros chinos que, en lugar de concebir que los perros son alimento, también los pasean.

En doble lectura, se forja una visión más amable sobre los perros en China, tanto para los chinos como para el exterior; y si bien Chen ya es maduro, casi todos los que pasean perros en el filme son jóvenes.

En el nuevo remake, Chen bautiza Batong al cachorro de pastor chino (no akita inu, como en el original), aunque en la traducción de subtítulos en español se mantiene el nombre famoso de Hachikō. Entablan una amistad que dura cinco años hasta la muerte de Chen, a quien el perro esperaba a diario a las puertas del teleférico de Chongqing; y después del deceso, el animal regresa al lugar 10 años más.

A la popular historia de fidelidad de Hachikō se suma así el amor de Chen por la mascota, que lo lleva a enfrentar a esposa e hijos, e incluso a arriesgarse a una golpiza con los mercaderes de carne de perro.

Hachikō también expone la modernización de las ciudades chinas, con la construcción de grandes edificios en detrimento de las casas tradicionales donde todo mundo se conoce y hay más espacio. El mismo Chen, en monólogo con el perro, augura con nostalgia (paradójicamente) que muy pronto en la ciudad ya no podrán ver el mar, porque se van a construir edificios que impedirán la visibilidad.

Para lograr las tomas con un Hachikō que se gana de inmediato el afecto del público, como se lo ganó con el profesor Cheng, Xu Ang tuvo que emplear a cuatro perros de distintas edades, con 15 dobles, a diferencia de los 3 con que contó Hallström para su versión menos dramática que la original japonesa.

De hecho, uno de los posters promocional del nueve remake retrata a la jauría de pastores chinos, cuyo entrenamiento por profesionales y actores puede contemplarse al final del melodrama, con los créditos.

El estreno de Hachikō, una historia verdadera el próximo 23 de mayo en salas comerciales y de los circuitos culturales del país sin duda tendrá un merecido éxito entre cinefilos y canófilos, aunque no faltará quien de inmediato busque comparar la versión china con la del sueco, ni siquiera con la japonesa, menos conocida aunque, por supuesto, es una obra maestra más desoladora que sus remakes.

La película trae otra buena noticia también para cinéfilos y canófilos, que tengan coche, por supuesto. Tulip Pictures organizó la premiere con fines altruistas, con la asociación Salvando Huellitas Peludas.

El próximo sábado 18 de mayo, a partir de las 19 horas, habrá una función de Hachikō, una historia verdadera en el Autocinema Coyote Insurgentes, en las que las familias podrán acudir en sus vehículos con sus mascotas, que además tendrán una hora de actividades exclusivas para ellas de 19:30 a 20:30 h.

La proyección especial se iniciará a las 20:30 horas y para acceder a ella se pide la donación de alimento para perros (croquetas, latas o sobres) destinada a perros rescatados en espera de adopción.


AMG

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José Juan de Ávila
  • José Juan de Ávila
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  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.
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