Los hermanos Emiliano y Bernardo Batarse descubrieron el pádel en plena pandemia y en poco tiempo han escalado en su nivel de juego de tal forma que ya han representado a México en competencias internacionales.
A pesar de su corta edad ya saben lo que se siente ostentar un título Panamericano y estar en la parte alta del ranking nacional, lo que los coloca, ya no como unas promesas, sino una realidad que refleja el crecimiento que La Laguna está alcanzando dentro de este deporte, no solo en todo el país, sino también más allá de las fronteras.
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Los cuates han sorprendido gratamente en los torneos en los que participan, por su carisma, su estilo de juego y la manera como ambos se desenvuelven en la cancha, con los reclamos entre sí, la exigencia que hay de uno a otro, todo normal cuando se trata de hermanos.
El septiembre pasado, Emiliano y Bernardo participaron en el Campeonato Panamericano de Menores que tuvo como sede la ciudad de Aguascalientes, donde contendieron ante fuertes rivales sudamericanos, a los que despacharon uno a uno hasta conquistar el primer lugar en un partido que arrancaron perdiendo, pero la manera como se repusieron fue lo que dejó a muchos sorprendidos.
Emiliano
A sus 12 años parece estar acostumbrado a subir al podio. Practica este deporte desde los 7 años cuando la pandemia de covid-19 estaba en apogeo. Jugaba futbol, pero con el cierre de canchas encontró en el pádel la forma de activarse acompañando a su familia, sin saber en lo que eso significaría para ellos.
“Me gusta mucho el pádel porque es muy divertido. Yo estaba jugando futbol y suspendí por la pandemia, dejé de jugarlo y encontré algo que me gustó mucho y fui más constante cada vez gracias a que mis papás mostraron esta alternativa. Me gustó la manera de competir, el ambiente que se genera en cada juego y en cada torneo”.
La experiencia de los Panamericanos parece que detonó más su gusto por el pádel, ya que el enfrentar a rivales de otros países lo hizo sentir el orgullo de representar a México y compartir todo lo vivido con sus compañeros de escuela, con sus maestros.
Ser eficiente no es casualidad, ya que además de estar en una academia especializada, Emiliano practica todos los días durante dos horas y media. Está convencido de que puede llegar lejos, ser profesional y enfrentar a los mejores.
Bernardo
Le gusta correr por la cancha y tirar globos, pero lo que más disfruta es la amistad que se hace practicando el pádel, además de la adrenalina en cada partido y la oportunidad de viajar al extranjero y enfrentar a otros países.
Bernardo se deleitó con lo hecho en el Panamericano en Aguascalientes, enfrentando a Chile, Argentina, Ecuador, Brasil, Estados Unidos y saber que realmente tiene para competirle a cualquiera.
“Lo que uno aprende en este deporte es que nunca hay que rendirse y eso lo comprobamos en la final del Panamericano, donde comenzamos perdiendo y luego nos repusimos. Me sentí contento al final porque fue resultado de tanto trabajo”.
Su intención es convertirse en profesional, “me gusta trabajar con mi hermano, se hizo un buen trabajo con el apoyo de mis papás, gracias a ellos hemos logrado tener una buena preparación, porque nos acompañan a donde vamos a jugar, viajan con nosotros y están ahí apoyándonos, nos dan consejos cuando parece que las cosas no se dan”.
Bernardo no lamenta dedicarle mucho tiempo al deporte y dejar de lado las actividades sociales, pues sus entrenamientos, torneos y viajes los privan de otras actividades que realizan comúnmente jóvenes de su edad, pero eso no les importa a él y a su hermano, pues disfrutan bastante el estar en una cancha con la pala.
Luego de cerrar este año en el calendario de competencias, Emiliano y Bernardo iniciarán una nueva aventura en el circuito que les permitirá pelear una vez más por representar a México nuevamente, así que tratarán de sumar la mayor cantidad de puntos posibles, siempre agradecidos con el respaldo que reciben de parte de la Federación Mexicana de Pádel.
ACA
