Parecen dos universos que se contraponen, pero suelen usarse como herramientas para enfrentar las exigencias del mundo contemporáneo: cuando Alejandra Maldonado se planteó la escritura de una novela con esa temática, en todo momento se planteó como reflejo de la tensión que vivimos.
“Es todo esto que la humanidad está persiguiendo como método para perseguir un bienestar y, por el otro lado, es causado por toda la presión del capitalismo tardío en el que nos encontramos viviendo, relacionado con la sobreproducción, con la autoexplotación, con este mundo de híperproductividad, en donde un lado quiere contrarrestar al otro y viceversa”.
En Yoga y coca (DharmaBooks, 2021), la protagonista trabaja como publicista, pero le gusta escribir, se gana una beca de literatura y participa en proyectos de arte con sus amigos, aunque al final es como la mayoría de quienes habitamos el orbe: víctimas del éxito, la productividad, el logro per se: “un logro ya desquiciado, una explotación muy loca”.
“El libro nace como una colección de historias de ligue, muy basada en acontecimientos autobiográficos, pero termina siendo una novela de crecimiento, a partir de la mirada desencantada de la protagonista, muy cínica sobre el mundo, aunque al tiempo vive maniatada por el amor romántico. A muchas chicas de mi generación, nos toca vivir con el chip si no de una educación marcada por la cultura católica, sí de culpa, y aunque no seas religiosa, ese chip nos fue incrustado”.
Para Alejandra Maldonado, muchas mujeres viven la experiencia como una camisa de fuerza respecto de sus emociones y con una educación que te da muy pocas, o nulas, armas para defenderte, pero no tendría que ser defenderse, sino transitar el mundo complicado que nos ha tocado vivir.
“A eso auméntale la llegada de internet y la apertura de la información para todas. Y tú, con tus tapujos mentales, nos lo hace más difícil, por lo menos a las chicas, a las mujeres de mi generación: es una mirada desencantada, de una chica que no se cree nada. La historia resulta en una reflexión desquiciada sobre la condición de ser mujer en un mundo de capitalismo tardío”.
Yoga y coca nació como una colección de historias de todos sus amores, sus desamores, o amores fallidos, al tiempo de ser parte de un cúmulo de emociones y de reflexiones que no podía quedarse sólo en ella, había que compartirlo a través de la literatura, la apuesta primordial de la novela.
“Sé muy bien dónde están los hilos del poder, tanto del capitalista —el que viene arraigado al poder patriarcal—, pero no le sigo el juego y, al final, lo que resulta es que soy una mujer nacida en 1975 que escribió un relato femenino, desde un cierto tipo de femineidad, porque comprendo también que hay muchas opciones para ser femenina”, en palabras de la escritora.
PCL