En el cruce de la danza, el teatro y la creación audiovisual, surge un universo en el que lo íntimo se mezcla con lo extremo y lo marginal desafía las normas sociales. Detrás de la obra Void que se estrenará en Ciudad de México, Vandekeybus invita a explorar personajes obsesivos, fragmentos de realidades que no buscan ser representaciones convencionales sino puertas abiertas para cuestionar la percepción de la normalidad.
En conversación con MILENIO, Wim comparte cómo su proceso creativo es un acto impredecible de libertad, su pasión por la diversidad cultural y la profundidad humana, así como el vínculo inseparable entre su vida y su arte.
Detalla que, la obra Void, que se presentará en el Centro Cultural del Bosque, gracias a Eyerberg, a través de Moves México, profundiza en las obsesiones, intuiciones y valores que habitan en su mirada como coreógrafo, cineasta y dramaturgo contemporáneo.
Con Void reflexionas desde un lugar más íntimo y psicológico. ¿Cómo evoluciona tu obra?
Void es más íntimo, es un espectáculo que emerge de personajes que vivían en su propia burbuja, con formas de ser consideradas anormales por la sociedad. Es un homenaje a esa anormalidad, y no busca presentar algo realista sino una construcción para explorar experiencias individuales extremas. Yo trabajo con los personajes originales, les doy una visión obsesiva y muy particular. Por ejemplo, hice un reportaje sobre un hombre mayor en Alemania, filmé sus historias durante tres años y eso me inspiró para crear este espectáculo.

¿Por qué mostrar a personas marginadas y desafiar las normas sociales?
Me interesa que el público vea la realidad desde otra perspectiva, rompamos con la idea de lo que es normal. No busco un realismo social cotidiano, sino algo especial que fascine y provoque preguntas en la audiencia. El teatro también debe ser un espacio para lo impredecible, para lo que no está decidido. Mostrar estas figuras marginadas es una manera de romper con la rutina y estimular nuestra mirada.
El elenco es multicultural. ¿Por qué es importante la diversidad en esta historia?
La diversidad es esencial porque vivimos en un mundo muy diverso. Al trabajar con variedad cultural, estamos contando una historia universal. Por ejemplo, Adrián, que es finlandés, interpreta a su abuela que viajó a Nueva York y luego volvió a Finlandia enfrentando soledad y vacío, encarnando a una mujer desde el principio hasta el fin del espectáculo. Cuando combinas estos relatos distintos, estás creando un lenguaje común, accesible para cualquier persona en el mundo, aunque desde su propia perspectiva.

Lo impredecible es clave en tu proceso creativo, ¿por qué?
Muchas decisiones en nuestras vidas ya están tomadas por otros, y a veces pensamos que son propias. En el arte, en cambio, la creación es impredecible, puedes elegir o eliminar en el momento. Al trabajar con música para una obra, tienes que respetarla, pero puedes inventar y crear un universo distinto. Eso me libera y me da la posibilidad de inventar siempre.
¿Qué es lo que más te apasiona como creador y coreógrafo?
Trabajar con otras personas, que el trabajo no dependa sólo de mí. La semana pasada recibí hasta mil 100 propuestas para audiciones; prefiero trabajar con un grupo pequeño, salir de la cantidad y entrar en la profundidad, únicamente seleccioné a 50, pues es un grupo que funciona, de ahí los puedo dividir en tres, porque siento que, el arte es un bien que se basa en la intuición, soy como un pintor eligiendo colores. Para mí el trabajo colectivo es un encuentro enriquecedor, no sólo una selección.
¿Cómo equilibras tu vida personal con la profesional?
Es complicado porque vivo el arte 24 horas al día. No necesito ver 20 películas para inspirarme, cuando empiezo vienen muchas ideas. Tengo muchas experiencias y afectos que transformo en mi creación. Mi vida está muy ligada a mi trabajo, me gusta trabajar con gente joven y mayor, ayudarles a descubrir algo que ni siquiera imaginaban. Eso me da mucha energía y me mantiene activo.
Háblanos de algún momento decisivo en tu carrera.
Algunas veces esos momentos decisivos vienen de encontrar personas importantes, como un hombre mayor alemán con quien comencé a trabajar y filmar. También hay obras que han cambiado mi manera de crear, pues ha enfrentado dificultades; por ejemplo, en cierto momento tenía varias personas o situaciones difíciles, y aun así conservaba tiempo para seguir creando nuevas que me salvaron. Es difícil decidir cuál fue realmente decisivo. Es como preguntarle a una mujer con seis hijos cuál es su favorito, es complicado. Algunas creaciones que casi había olvidado, al revisarlas me sorprenden y gustan mucho, a veces más que las que son muy populares. Es una pregunta realmente difícil.
Como creador que trabaja en cine y danza, ¿cómo ves que el arte puede reflejar nuestro tiempo y nuestra realidad?
Creo que el arte tiene una responsabilidad, y yo siempre la he visto así. No hago espectáculos o películas sólo para entretener o fascinar al público, sino para plantear preguntas, no para dar respuestas definitivas. Cuando algo está fijado o definido, se vuelve menos interesante. Me atrae lo que no se sabe con certeza, lo que es un poco místico. Para mí, el vacío es como el universo, y esos conceptos se reflejan en todo el proceso de hacer un espectáculo.