El tenor lagunero Eduardo Niave, actualmente radicado en Roma, continúa saboreando las mieles del éxito con presentaciones en distintos países, donde representa con orgullo a la Comarca Lagunera. En entrevista telefónica para MILENIO, compartió detalles de sus próximos compromisos y reflexiones sobre su trayectoria artística.
"Me encuentro en Italia, preparándome para lo que viene. Tengo un concierto en Guadalajara con el Conjunto Santander en agosto, luego regreso unos días a Roma y en octubre viajo a Irlanda para un festival en Wexford, donde cantaré cinco funciones de una ópera en francés y dos conciertos con orquesta en Dublín", explicó.
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A sus 29 años, Eduardo ha recorrido un largo camino desde que comenzó a cantar a los 14 en rondallas y coros de iglesia. Ingresó primero a la Universidad Autónoma de Nuevo León en un programa técnico, pero tras un intento en ingeniería en Logística en Torreón, descubrió que su verdadera vocación era la música.
“En 2018 entré a la licenciatura en Música en La Salle. Durante ese tiempo, audicioné para el coro del Instituto de Música de Coahuila. Ahí fue mi primer contacto con la ópera: ensayos con la Camerata, escenografía, vestuario… y me atrapó. Fue cuando decidí dedicarme por completo a esto”, recuerda.
Posteriormente, tomó clases particulares en Mazatlán y en 2022 se integró al México Ópera Studio (MOS) en Monterrey. Fue ahí donde surgió la oportunidad de audicionar para Italia.
“Mandé mi solicitud en junio, me invitaron a audicionar en noviembre y quedé. Así que decidí venirme a Roma en enero de 2023. Terminé los dos años del Ópera Studio y ahora trabajo como freelance, afortunadamente con buena respuesta”, contó.
Mantenerse en forma vocal y físicamente ha sido parte fundamental del proceso. “No todo es cantar, también hay ejercicios de respiración, vibración de cuerdas, gimnasio... Somos como atletas de alto rendimiento, porque en una ópera de tres horas debes estar activo todo el tiempo”, explicó.
Niave ha tenido la oportunidad de compartir escenario con grandes figuras europeas de la ópera y recorrer nuevos países, experiencias que considera de las más enriquecedoras de su vida.
A pesar del éxito, admite que equilibrar su carrera con su vida personal ha sido un reto. “Estudiar, ensayar, cantar... eso también limita mucho los tiempos con la familia. Pero he logrado organizarme. Mi mayor desafío ha sido convencerme a mí mismo, aceptar mi voz tal como es y disfrutarla”.
Cuando se le pregunta qué lo impulsa a seguir adelante, su respuesta es clara: la familia. "La que tengo y la que quiero formar", asegura.
Sobre el papel de la tecnología en el futuro de la música, se muestra optimista. “No temo. La inteligencia artificial puede imitar voces, pero nunca igualará lo que transmite la voz humana. La música necesita humanidad. Una imitación es eso: como un iPhone pirata, se parece, pero no es igual”.
Finalmente, envió un mensaje a los jóvenes que deseen seguir una carrera similar:
"La ópera es un gusto adquirido. No es solo para la alta sociedad, también nosotros podemos hacerla. Estudien mucho, sin prejuicios, con mente abierta. Y muchas gracias por el apoyo y la difusión. Un saludo enorme a toda mi gente en la Laguna".
edaa
