La exposición Centinelas y burbujas. Un santuario infonauta, de la artista visual Melissa Flaum, propone crear un espacio de meditación y contemplación hacia la digitalidad, las tecnologías de datos y el internet. Lo anterior, explicó la artista en el conversatorio Hackeando la burbuja. Prácticas tecnopolíticas, hacksubversivas y de cyberseguridad contemporáneas que se realizó en el Museo Universitario del Chopo, surgió como una manifestación en contra de la tecnofobia, sobre todo en el contexto actual, en el que las inteligencias artificiales están por todos lados: “Entiendo que el internet es una tecnología y todas las tecnologías tienen su lado bueno y malo, pero eso depende del uso que se les dé”.
“Parte de la fe, la esperanza y la confianza que todavía tengo en la humanidad está en internet. De esto me di cuenta hace un tiempo, cuando empecé a cuestionarme en dónde radica mi fe, y no era en una institución o en una religión. Era en actos super cotidianos como mandar un (mensaje por) WhatsApp, subir algún archivo a Drive o mandar cosas por correo y confiar plenamente a ciegas en tecnologías que no terminaba de entender cómo funcionaban”.

A partir de ese cuestionamiento, explicó Flaum, comenzó una investigación que la llevó a encontrar indicios de cómo otras personas también depositaron su confianza en ese tipo de actos cuando se empezó a democratizar el internet. Sin embargo, dijo que quienes iniciaron estos movimientos “ahora son tecnócratas muy poderosos”. Por lo que actualmente, la artista busca conectar esos símbolos con la realidad cotidiana.
“Tener todavía confianza en las tecnologías, para mí es como rescatar los orígenes del internet social donde había foros, blogs y comunidades que se reunían a compartir sólo imágenes de gatos, hablar sobre plantas o juegos de rol. Y como eso, ahora podemos encontrar comunidades increíbles de ayuda mutua, donde se hackea el sistema, literalmente, y encuentran espacios legales, y tal vez no tan legales, que ayudan al prójimo a difundir y a democratizar la información. Para mí eso es super esperanzador y es una conexión espiritual que tengo con la otredad a través de la digitalidad”.
En ese mismo sentido, la organización CyberCats —que trabaja en mejorar la ciberseguridad de infancias que, en promedio, tienen acceso al mundo digital a los seis años— busca orientar a partir de talleres para brindar herramientas que permitan un acercamiento saludable a internet y para reconocer patrones de riesgo: “Lo hacemos para los niños, pero también a través de los padres, siempre buscando la conciencia de que cualquier circunstancia que pueda suceder y exponer a un niño desde muy temprana edad, proviene de la negligencia parental”, dijo Carlota Molina, integrante de la organización.
“Nosotros no queremos acercarnos a través del miedo. El escuchar las estadísticas desesperanzadoras de abuso infantil siempre nos llevó a lugares muy oscuros, por eso decidimos mover esa idea del miedo hacia los valores digitales de las infancias. Todo aquello que a los padres les da miedo para nosotros son los valores digitales de las infancias, es decir, su curiosidad natural por la tecnología, su creatividad para poder acceder a ella, la manera que tienen de formar comunidades, su resiliencia y su confianza”.
En el conversatorio también estuvieron presentes integrantes de Integrantes de CyberCats, un archivo vivo on-line que surgió a partir de un encuentro tecnofeminista. El grupo ha adoptado una concepción sobre la tecnología como algo que va más allá de lo digital: “Para nosotras la tecnología también es el fuego, la bolsa de tela, nuestros amuletos, nuestro cuerpo, el encuentro, el ritual, la fiesta, los cuidados o los afectos”.
Las integrantes explicaron que el proyecto también parte de un cuestionamiento espiritual para construir una red a través de un espacio presencial en el que se comparten saberes para “hackear las nociones de género implícitas en las tecnologías, recrear las tecnologías desde los feminismos, decolonizar el conocimiento tecnocientífico, liberar las tecnologías del capitalismo, inclusión de saberes de mujeres y disidencias, antiesencialismos, interespecismo y la reivindicación de conocimientos ancestrales”, entre otras motivaciones.
El conversatorio se dio en el marco de la exposición Centinelas y burbujas. Un santuario infonauta, que se presenta en el Museo Universitario del Chopo, para repensar la tecnología y compartir las experiencias de grupos que buscan desestigmatizar lo digital. Como parte de las actividades de la muestra, también se realizará un live coding en el que participará la artista Melissa Flaum el jueves 22 de mayo, a las 18:00 horas. La entrada es libre.
PCL