Vivir Quintana, una de las voces más significativas del movimiento musical feminista en México, nos comparte una de las canciones más poderosas de los últimos años: “Canción sin miedo”, una pieza que ha trascendido los escenarios para convertirse en un himno colectivo. Esta obra, nacida desde la rabia, el dolor y la resistencia, revela una historia de lucha artística, compromiso social y creación compartida entre música y arte visual.
Acompañada por la artista Rocío Coffeen, Vivir Quintana presenta esta canción como parte del proyecto El Arte de la Canción, en el marco del 80 aniversario de la Sociedad de Autores y Compositores de México. Ambas creadoras relatan cómo surgió esta colaboración que fusiona sonidos y trazos en un mismo mensaje: justicia y vida para las mujeres.
Vivir Quintana compuso “Canción sin miedo” como una forma de amplificar las voces de mujeres que no tienen acceso a los micrófonos ni a los medios. “No soy la voz de todas. Solo estoy usando mi voz para repetir lo que otras han dicho, pero no han podido ser escuchadas”, comenta la compositora. Lo que comenzó como un canto de dolor pronto fue apropiado por miles. “Las canciones dejan de ser tuyas y se vuelven del pueblo”, explica.
Por su parte, Rocío Coffeen asumió el reto de ilustrar este poderoso mensaje sin caer en estereotipos visuales. La obra que acompaña a la canción retrata a una mujer valiente, con alas, firme y decidida, que representa a todas aquellas que han aprendido a caminar con miedo, pero también con dignidad. “No quería una heroína de cómic. Quería una mujer real, una que no se paralice, sino que enfrente”, relata Coffeen.
Visual y líricamente, la pieza viaja por el país: de las marchas en Reforma a la resistencia en Sonora, de las comandantas en Chiapas a las madres buscadoras en Tijuana. En cada verso y cada línea, se siente el eco de un México dolido, pero vivo. “Nos sembraron miedo, nos crecieron alas”, dice la canción, en una línea que ha resonado en manifestaciones, murales y corazones.

Al igual que la riqueza lírica de Vivir, el trazo de Rocío logra encapsular el vaivén entre el miedo y la esperanza, entre la pérdida y la justicia, entre el silencio y el grito. Su obra dialoga con cada palabra de la canción, creando un testimonio visual que no solo acompaña, sino que también denuncia.
Así, “Canción sin miedo” es más que una canción: es un manifiesto artístico, un acto de memoria y una exigencia urgente. Es la muestra de cómo la música y el arte pueden unir territorios, diversidades y generaciones en una misma causa. Es una historia de dolor, pero también de fuerza, de empatía, de unión, y de esa esperanza de que algún día, como dice Vivir Quintana, “ya no tengamos que cantarla”.
Escucha esta entrevista completa en “El Arte de la Canción: Segunda Temporada”, celebrando los 80 años de la Sociedad de Autores y Compositores de México, en Notivox Televisión.