Cultura

El pasado está en el futuro

Bichos y parientes

Nuevos versos del Poema de Gilgamesh revelan la complejidad moral de sus héroes. El rey y su amigo comprenden el horror de sus propias acciones.

Tras los ataques y bombardeos de Estados Unidos en 2003, en la caída de Bagdad proliferó el saqueo. Quién sabe cuántas piezas arqueológicas terminaron en el mercado negro. Pero en 2015, el Museo Sulaymaniyah, en el Kurdistán, ofreció comprar todo, sin preguntas, sin perseguir delitos, para preservar las riquezas arqueológicas. Unas personas presentaron algunas tablillas. Mientras el funcionario negociaba, el experto Farouk N. H. Al-Rawi le dijo por lo bajo al director que pagara cuanto antes lo que pidieran y que después le explicaba: 800 dólares.

El lote tenía falsificaciones y baratijas, pero con un secreto: una tablilla, todavía con lodo, rota en tres piezas y pegada de modo casero, que Al-Rawi reconoció como parte del poema de Gilgamesh. Una vez limpiada, la tablilla no sólo formaba parte del poema, sino que contenía versos antes desconocidos, que reparaban lagunas de las otras tablillas conocidas, tanto las sumerias como las acadias.

El pasado está en el futuro. Los recursos habían sido los mismos todo el tiempo: la memoria y la suerte. Diez años después, en agosto de 2024, los eternos recursos de la arqueología –la memoria y la suerte– dieron un salto: la Inteligencia Artificial. Dice Enrique Jiménez, el experto asiriólogo, que “es una herramienta que no existía antes, una enorme base de datos de fragmentos… que puede desempeñar un papel vital en la reconstrucción de la literatura babilónica, permitiéndonos avanzar mucho más rápido”. La Electronic Babylonian Library ya está disponible en línea. Maravilloso jardín… para quien puede leer cuneiforme.

En español tenemos otras gratitudes: las traducciones sumerias e introducciones de Federico Lara Peinado (casi todas en Tecnos), que forman un conjunto de obras de importancia mayúscula. Él ha traducido el Poema babilónico de la creación (el Enuma Elish), ha compilado los himnos sumerios, los babilonios… Y mi favorita: la traducción del acadio y edición de Jorge Silva Castillo (Colegio de México). Apuesto que pronto tendremos nuevas versiones del poema de Gilamesh.

¿Qué tan importante puede ser un puñado de versos en una epopeya? Veamos.

Las versiones impresas que conozco, con traducciones variadas, pero con el mismo sentido, dicen:

[Enkidú] abrió la boca para hablar, y le dijo a Gilgamesh: / Con tu poder mataste al guardián Ḫumbaba, / [Ahora hemos dejado huérfanas las cimas del monte Hermón,] / [y en las grietas del bosque hemos dejado entrar la luz del día.]»

Con los versos descubiertos y reparados por Al-Rawi y George se lee:

[Enkidú] abrió la boca para hablar, y le dijo a Gilgamesh: / «[Amigo mío,] hemos reducido el bosque a un páramo,/ ¿cómo responderemos al dios Enlil en Nippur? / Con tu poder mataste al guardián Ḫumbaba, / ¿Qué fue esta ira tuya que pisoteaste el bosque? / [Ahora hemos dejado huérfanas las cimas del monte Hermón,] / [y en las grietas del bosque hemos dejado entrar la luz del día.]»

Imagen de una tablilla cuneiforme del Museo de Sulaymaniyah con un fragmento de la Epopeya de Gilgamesh. Fotografía de Wikimedia Commons.
Tablilla del Museo de Sulaymaniyah con un fragmento de la Epopeya de Gilgamesh. (Dr. Osama Shukir Muhammed Amin | Wikimedia Commons)

El arrepentimiento de Enkidú ante un asesinato del que fue cómplice, y el lamento por haber destruido el magnífico bosque cambian de lugar la idea del héroe y el juicio sobre sus actos. Deja de ser la victoria de los grandes prepotentes. Son héroes y son culpables. Son poderosos, y el poder los hizo abusivos, excesivos, imperdonables. Deben buscar al dios Enlil para pedir perdón.

El envalentonamiento que reciben uno del otro los vuelve formidables, pero también atroces. Con estos nuevos versos, Gilamesh y Enkidú ganan en profundidad y complejidad, y van reapareciendo en esos lugares que la antigüedad conocía mejor que nosotros: son héroes, no buenos, no virtuosos ni dignos de imitación: héroes… No es una lógica simple del héroe que todo lo hace bien y con fuerza. Las nuevas líneas añaden una nueva dimensión moral: tras el furor de la acción violenta, el reconocimiento del desastre, del exceso cometido. La culpa y la vergüenza.

La versión tardía de la epopeya de Gilgamesh alcanza sus formas estables por los mismos tiempos en que se comienzan a formar los poemas homéricos, cuyos héroes – Aquiles, Héctor, Agamenón, Ulises– son todo, menos virtuosos o bondadosos. Quizás extrañamos la complejidad moral antigua. En estos diez años hemos adquirido mucho más que unas tablillas, una maravillosa base de datos en sumerio y acadio, un motor de IA que puede ahorrar todo el tiempo que antes dependía de la suerte y la memoria (a veces son lo mismo). Un puñado de versos se transparentan y por su rendija podemos ver un mundo nuevo: la antigüedad.

AQ

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Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.notivox.com.mx/cultura/laberinto
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