Chey Jurado (Badajoz, 1989) regresó a México, una parada anual desde 2021 para la gala Despertares que realiza Isaac Hernández, quien desde hace unos meses había anunciado con mucha emoción la presentación del bailarín urbano español en colaboración con el pianista italiano Francesco Tristano.
“Volver siempre a México para mí es algo familiar, es una parada asegurada anualmente en mi agenda y el público de aquí me trata increíble, cada vez que tengo la suerte dar clases, porque también soy docente, la gente tiene una ansiedad enorme. Y me siento muy lleno cada vez que vengo, sin duda poder plasmar mis creaciones enfrente de 10 mil personas como en Despertares no se hace siempre. Así que es una parada asegurada que me gustaría tener en el futuro”, comenta en entrevista con Milenio.
“Reconozco que se me da bien bailar, que me apasiona y que me ocupa prácticamente toda mi vida y mi mente. Me gusta mucho salir de lo ortodoxo y de lo convencional”, añade el artista español.
La pieza que interpretarán ambos artistas, que recién se conocieron en México para esta edición de la gala en el Auditorio Nacional, tiene como base la improvisación por ambas partes, en danza y música.
“Es una colaboración muy bonita, sobre todo porque ha nacido gracias a Isaac y su hermana Emilia, que nos conocían a mí y a Francesco por separado, y han generado un puente. Nos pusieron en contacto, tuve el placer de conocer el trabajo de Francesco y surgió una admiración absoluta y genuina. Que (Isaac y Emilia) nos tengan tanto aprecio por separado y que ahora trabajemos juntos, hace que para ellos sea un sueño. Y para nosotros al verlos tan emocionados y poder conocernos aquí ahora, ver por qué ellos estaban tan emocionados es algo que apreciamos muchísimo, es un tesoro”, expresa Chey.
En mayo pasado Isaac Hernández anunció el elenco de Despertares 2025, la edición 11 de su gala anual que viene presentando en el Auditorio Nacional desde 2014 con su hermano Esteban y un elenco internacional. Y para la nueva función, que se realiza este sábado 30 de agosto, dijo que le hacía mucha ilusión haber vuelto a invitar a Chey Jurado, “un gran artista” de la danza urbana ahora con Tristano.
El artista español recuerda en la charla que por influencia de su papá, desde niño empezó a bailar en la calle con su hermano breaking (o break dance), un estilo que se puso de moda durante la década de los ochenta del siglo pasado que surgió en los barrios negros de Nueva York, que se popularizó con películas como Flashdance o en los videos musicales de gente como Michael Jackson o Lionel Ritchie.
“Empujado por mi papá, que él bailaba en los 80, tuve la suerte de encontrarme con amistades con las que formamos un grupo, empezamos a bailar sin pretexto ni ánimo de llegar a nada, sólo de disfrutar Principalmente es un tema de inquietudes. Analizando mi recorrido siempre he sido bastante inquieto y curioso. Y la vida me ha ido posicionando”, recuerda Chey Jurado sobre el inicio juvenil de su carrera.
Muy joven se dio cuenta de lo extenso que es el mundo de la danza y de su variedad de estilos, bailarines y universos, en los que él ha logrado ocupar un espacio con su especialidad urbana.
“Siempre ha sido por antojo, veo algo que me gusta y quiero ir a por ello. Soy también muy ambicioso e intuitivo, pero siempre desde un lugar muy lúdico, porque es algo que se me ha inculcado desde pequeñito en la familia y con mi hermano con quien he estado compitiendo sanamente. La cosa es querer jugar a abrir el abanico de posibilidades de la danza. Y cuando me di cuenta ya no era tan jovencito y estaba en las escénicas un poco sin planear pero la verdad que muy orgánico a la vez”, dice sobre cómo pasó de la calle a escenarios internacionales, como el Auditorio Nacional con Despertares.
¿Se pierde algo al pasar de la calle, de lo lúdico, a escenarios grandes como donde ha bailado?
Siempre vamos perdiendo cosas y adquiriendo otras. La verdad que tengo el temperamento, no sé si llamarlo suerte porque no creo mucho en ella, pero hay algo que siempre me mantiene hambriento, que es esta cosa de estar en grandes escenarios pero no dejar de entrenar en la calle con la gente de siempre. Esa toma de tierra para mí es clave para, más allá de perder o ganar algo, es transformar. Se van transformando las inquietudes, van cogiendo otras formas, otros colores y olores. Es aprender a enamorarte de cada día, de cada actuación y de cada entrenamietno como únicos e irrepetibles.
¿Cómo ha sido su contacto con ese mundo urbano en México, fuera de los escenarios?
Ha sido muy cercano. Al venir de invitado ha sido muy gradual, muy amable el encuentro con el contexto urbano mexicano. En cada país se relaciona uno súper diferente en el ámbito de las artes. México es un lugar que está lleno de hambre, lleno de talento, que tiene un potencial infinito, eso lo pude ver desde el minuto uno. Pero también considero que, como practicante de todas estas artes urbanas, veo que también hay competición un tanto separatista que hace que la gente en vez de apoyarse y sumarse a algo, sin pretexto y sin intención de ser mejor que nadie, busca la competición menos sana. Nada yo siempre animo a mis colegas y a mis colegas y a la gente con la que trabajo para que confíen más porque hay un talentazo abrumador, aunque es un poco joven aquí.
¿Cómo ha vencido los prejuicios en torno a la disciplina artística que desarrolla?
Como todo artista, al final puedes sacar lados positivos y otros no tanto. He tenido una carrera bastante fluida, me he sabido subir muy bien a la cresta de ola y he ido surfeando todo tipo las situaciones. Pero también tuve mis etapas en las cuales enfrenté ese prejuicio de la gente que a lo mejor no entiende lo que haces, porque te permites cosas que otros no y sales de los bordes y fronteras de lo que se supone es un estilo de danza. A mí me gusta mucho salir de lo ortodoxo y de lo convencional.
Muchas personas deciden salir de los prototipos, romper una barrera, un espejo, un muro, que la gente más ortodoxa no está dispuesta a pasar por ahí sin entender que tiene que haber de todo, tiene que haber gente ortodoxa que mantenga un legado y las estructuras, y tiene que haber gente un poquito de mi color, que somos más inovadores o que cruzamos la información. Es cierto que con el tiempo todo eso se fue diluyendo y ahora mismo la mayor parte feedback que recibo no es un prejuicio negativo, sino todo lo contrario, son palabras siempre maravillosas y llenas de valor que siempre me llevo conmigo.
¿Qué caracteriza a la obra que interpretará con Francesco Tristano al piano?
Es una obra como muchas de las que me gusta hacer, que trabajo desde la base de la improvisación, eso quiere decir que a pesar de que sepa estructuralmente ciertas cosas, no sé hacia dónde voy. Entonces, hay algo que está muy vivo, a lo que se agrega un extra enorme esta vez: esta pieza no es un solo, es un dueto con el gran pianista Francesco Tristano. Nos hemos conocido aquí y la verdad es que está surgiendo una amistad muy bonita y hay una conexión artística brutal.
El reto está en encontrar esa presencia pura de que, como ambos vamos a improvisar, necesitamos una escucha muy profunda, muy íntrinseca para conectar bien el uno con el otro y no dejar que nos afecte ni el espacio ni el público, sino hacer un poquito de introspección, conectanos y usar la energía del público a favor de la obra, sin que nos tire. Es eso: el poder improvisar no solo con el cuerpo sino teniendo a alguien enfrente el cual está componiendo a la par que yo también creo con mi cuerpo.

¿Cómo conoció a Isaac Hernández?
Tuve el placer de conocerle a través de las redes sociales, que a mí me han ayudado muchísimo. Y nos contactamos mutuamente, en 2019. Me quería traer para Despertares, pero no pude porque tenía ya mis fechas ocupadas, luego vino la pandemia y demás, y no pudimos hacer la conexión. Luego en 2021 volvimos a conectar me invitó a otro de sus eventos, que hizo en Dubai. Ahí al conocernos en personas hubo mucho aprecio, cariño, muchas risas, y artísticamente hay respeto abrumador. Desde entonces se ha entablado una amistad y profesional súper bonita.
¿De qué manera Despertares ha influido en usted como bailarín, coreógrafo o artista?
Hombre, pues ha impactado muy fuerte en mi vida. Desde la primera vez que llegué a ahora hay una diferencia, principalmente porque no tengo el gusto de subirme con grandísimos artistas de escala mundial todos los días como con Despertares. A todos nos sucede un poco lo mismo, que estamos retroalimentándomos muchísimo durante los días que compartimos aquí, no sólo porque somos personas súper diferentes sino porque somos artistas súper diferentes. Hay respeto enorme por lo que hacen nuestros compañeros. Eso te da otras perspectivas, te ayuda también a ser más empático, más tranquilo, a tolerar absolutamente todo. Formar parte de un elenco así, es un sueño.
¿Quién es Chey Jurado?
Che Jurado es una persona muy sencilla, muy cotidiana, amigo de sus amigos, que le gusta absolutamente jugar a todo, un apasionado y un obsesionado de la danza a partes iguales. Y que le encanta el ritmo de vida y el motor que lleva. Me encanta a lo que me dedico, soy muy feliz y no tengo ningún tipo de arrepentimiento por nada. Me considero muy optimista, con mucha presencia y muy alegre, la verdad es que acepto con buena cara todo lo que me llega. Soy muy intuitivo. Lo único que he hecho es escucharme mucho, hacer lo que de verdad me apetece, tener en cuenta a los demás, pero no seguirlos a rajatabla, es algo que también me funcionó mucho desde el colegio. Era muy desastroso en los estudios, no es que fuera mal estudiante, sino que no quería estudiar de esa manera. Esta manera de autogestión se ha forjado a través de mi danza y me hace reconocer como una persona muy genuina, que me escucho y que al final lo que me interesa hacer lo hago y que me muevo por antojos.
OAGP