El romance que tuvo, de más de 50 años con la astronomía, trascendió a la eternidad. Julieta Fierro murió este 19 de septiembre de 2025.
La física por parte de la UNAM se definió como una señora con mucha suerte y con buena educación, ya que en su casa había muchos libros y su papá era un hombre muy culto.
Su cualidad, aseguró, fue “explicar las cosas de manera fácil, no es una habilidad, pero lo aprendí porque quería que mi hermano con síndrome de Down aprendiera todo, por eso hago buena divulgación”. De sus defectos reconoce “ser neurótica, bipolar, floja y dormilona”.
Para ella, nuestro país siempre ha estado a la vanguardia en astronomía desde los mesoamericanos, “el calendario se basa en la astronomía: las noches, las épocas de lluvias, era muy preciso”.
En 2019, fecha en que concedió esta entrevista para el Lado B, de MILENIO, a la divulgadora científica le preocupaba que la directora de Conacyt apoyara a las humanidades, toda vez que “las matemáticas o las ciencias básicas no están pensando en convertirse en humanas”.
Consideró que haber sido estudiante de la UNAM en los años 70 “¡estuvo padrísimo, era el momento! Había pastillas anticonceptivas y eso a las mujeres nos dio libertad, era la época del comunismo en la que todos íbamos a tener oportunidades”.
Para la también integrante de la Academia Mexicana de la Lengua, las mujeres mexicanas influyen mucho en su vida, pues admira a “las señoras que se levantan a diario, dan de desayunar a sus hijos y los llevan a la escuela, son ejemplares”.

Entre los proyectos de la investigadora de la Facultad de Ciencias de la máxima casa de estudios se encontró escribir una autobiografía, “se lo puedo dedicar a mi nieto o sobrinos y para cuando pregunten ¿por qué Julieta es la rockstar de las ciencias? sepan la razón”.
—¿Cómo definiría a Julieta Fierro?—
Como una señora que ha tenido mucha suerte.
—¿Qué cualidades y defectos tiene?—
En cualidades soy persistente. Explicar fácil no es una habilidad, pero lo aprendí porque quería que mi hermano con síndrome de down aprendiera todo. Por eso hago buena divulgación.
Defectos, ser neurótica, bipolar, floja y dormilona.
—¿Cómo cambiar el paradigma de que la ciencia es aburrida?—
Yo pienso que hay que empezar por el sistema educativo, que los planes y programas de estudio. Enseñan la ciencia que nos gusta a los científicos, lo que nos enamora; no la ciencia que no les hace sentir a las personas.
Estamos enseñando ciencia de hace cuatro siglos, personas del siglo pasado a chavos que quieren otro tipo de conocimiento.
—¿Qué significó entrar a la UNAM en 1967?—
¡Estuvo padrísimo, era el momento! Había pastillas anticonceptivas y eso a las mujeres le dio libertad, era la época del amor y la paz, época del comunismo en la que todos íbamos a tener oportunidades
—¿Cómo era como estudiante en esos tiempos?—
Eran tiempos de huelga, sientes que es tu revolución. Cuando eres joven no entiendes bien la política, pero uno quiere ser libre, quieres irte de tu casa, es un llamado a la libertad, pero también fue un llamado a demostrar que sí podíamos, que podíamos ser los mejores.
—¿Cree aún en el comunismo?—
¡Claro! Marx inventó un ser ideal que iba a trabajar de gratis, solo que empezó a haber abuso y se acabó aquello.
A mí me horroriza que los jóvenes tengan trabajos de honorarios, en lugar de tener una plaza, que no tengan un seguridad social, Afore, seguros de vida. Me horroriza el mundo que están viviendo los jóvenes.
—¿Se pueden unir las ideas de Marx y la astronomía?—
No sé. La astronomía lo que busca es avanzar el conocimiento, no anda buscando que baje el precio de las tortillas.
—Los planetas, las estrellas y las galaxias. ¿Siempre fueron su objetivo?—
Primero estudié física, aunque no me fascinaba, pero yo lo veía como una manera de mantenerme; ahora, me fascina la física: Un día en la facultad había un letrero sobre la astronomía y recordé que de niña había visto un libro de galaxias y dije: “¡esto es lo máximo!”, entonces me metí a esa área y desde ese momento me enamoré y tengo un romance con las estrellas. Llevo más de 50 años con ese romance.
—¿Es feminista?—
Sí. En el sentido que considero que todos los géneros tienen las mismas oportunidades. Creo que el chiste es trabajar en equipo, porque cada género tiene ideas diferentes y se deben complementar.
—Muchos la conocen como la rockstar de la ciencia, ¿usted se considera así?—
Pues sí, me gusta ser una rockstar de la ciencia.

—¿Cómo se mantiene con los pies en la tierra?—
Justamente, porque tengo claro que no lo sé todo, y sé que hay gente a la que le cuesta trabajo y se le deben explicar las cosas de manera sencilla. Eso me mantiene con los pies en la tierra.
—Si le llegan a decir: usted es mi universo, ¿qué pasa por su mente?—
¡Ay, a mí me encanta! Yo invento piropos astronómicos, por ejemplo: “cada uno de tus carbonos, nitrógenos y oxígenos estuvieron en una estrella, se repartieron por el universo y finalmente llegaron a mí” o “cada uno de tus protones lleva 13 mil 800 millones de años viajando por el universo formando nuevos elementos y finalmente estás aquí para mí”.
—¿Cómo se le puede enamorar a Julieta Fierro—
¡Pues con las estrellas!
—¿Cómo sería su hombre ideal?—
No sé, la diversidad es padre, aunque una mente brillante es lo que más me enloquece.
—¿Cómo se divierte?—
Ahorita juego con mi nieto, le invento juegos.
—Sabemos que le gusta bailar el mambo y la salsa, ¿qué otro género musical el agrada?—
Hasta hace poco tomaba clases de ballet clásico, pero me lastimé una rodilla y ya no lo puedo hacer.
—¿Le gusta alguna bebida?—
Sí, bebo cerveza y vino en la comida, pero no lo hago cuando me voy de reventón.
—¿Qué utopías tiene en estos momentos?—
Es padre construir utopías, solo que no dejan de serlo. Mi utopía es que López Obrador logre lo que quiera.
—¿Usted es chaira o fifí?—
Yo creo que López Obrador me ve como hiperfifí porque soy de la Academia de la Lengua y tengo un salario muy alto, pero siento que soy sencilla y tengo un Tsuru.

—¿Qué libro está leyendo?—
Uno buenísimo de J.M. Coetzee, que se llama La infancia de Jesús.
—¿Tiene en mente escribir algún libro?—
Me propusieron uno sobre mi vida y dije que no, pero después me arrepentí porque se lo puedo dedicar a mi nieto o sobrinos y para cuando pregunten '¿por qué Julieta es la rockstar de las ciencias?' sepan la razón.
—¿Qué fracaso en la vida la impulsó a no rendirse?—
No haber buscado ayuda a tiempo para poderme comunicar con mi ex marido.
—¿Quién ha influido en su vida para convertirse en lo que hoy es?—
Las mujeres mexicanas. Las señoras que se levantan a diario, dan de desayunar a sus hijos y los llevan a la escuela. Son ejemplares.
Entrevista publicada en Notivox Diario y MILENIO.com el 29 de abril de 2019.