Entre la indignación, el dolor y la esperanza, habitantes de San Miguel de Allende se preparan para salir otra vez a las calles en busca de un mismo objetivo: exigir paz y justicia.
La cita será este sábado 30 de agosto a las 6:00 de la tarde, en lo que será la segunda marcha pacífica organizada de manera ciudadana, con un recorrido que partirá desde la calle Cardo hacia el Parque Juárez, Aldama, Cuna de Allende y que concluirá en la Plaza Principal, frente al antiguo Palacio de Gobierno.

La convocatoria surgió de forma espontánea a través de redes sociales, impulsada por vecinos, colectivos y grupos sociales que exigen un alto a la violencia que ha dejado luto en decenas de familias sanmiguelenses.
“San Miguel no puede ser más rehén de la delincuencia, el miedo y de la injusticia”, es una de las frases que más se repite en los mensajes que circulan entre la comunidad.

De la indignación al movimiento social
En la primera movilización, realizada apenas unos días atrás, se reunieron alrededor de 200 personas vestidas de negro, quienes caminaron en silencio con pancartas en mano, expresando su rechazo a los hechos violentos que se han registrado en la ciudad.
Para esta segunda marcha, los organizadores esperan una participación mayor, con la intención de reforzar el llamado a las autoridades municipales, estatales y federales para que asuman su responsabilidad y garanticen condiciones de seguridad.
Los convocantes remarcan que este movimiento no tiene relación con partidos políticos ni intereses particulares, sino que es un acto de unidad social que busca sumar voces sin distinción de origen, nacionalidad o condición.
“Todos somos uno, sin importar si se es local, extranjero o sanmiguelense de corazón”, destacan en la invitación.

Símbolos de duelo y esperanza
La invitación solicita a los asistentes vestir ropa blanca o negra, colores que representan tanto el duelo por las vidas perdidas como la esperanza de que San Miguel de Allende recupere la tranquilidad que lo caracteriza.
El recorrido culminará con un acto de unidad en el corazón del centro histórico, donde los participantes planean alzar la voz, honrar la memoria de quienes han sido víctimas de la violencia y exigir soluciones efectivas que devuelvan la paz a la ciudad.