La comunidad de Huitzitzilingo por fin vio cristalizada la construcción de un puente vehicular y peatonal que une el barrio de Xochiconali, también conocido como Lindavista, con la cabecera municipal. Una obra anhelada desde 1994 y que, tras más de tres décadas de espera, se hizo realidad gracias a la gestión del alcalde Carlos Escamilla.
“Este puente es solo el inicio. Estamos trabajando para que más proyectos lleguen a Huitzitzilingo y a otras localidades que, durante años, esperaron respuestas. Nuestro objetivo es que nadie se quede atrás en el desarrollo del municipio”, afirmó Escamilla durante la entrega.
La nueva infraestructura beneficia directamente a más de 2,782 habitantes que, hasta ahora, enfrentaban serios riesgos al cruzar la zona, especialmente durante la temporada de lluvias, cuando el paso se volvía peligroso o imposible. Con el puente, niñas, niños, familias, comerciantes y trabajadores ya pueden desplazarse con seguridad.
Javier Cruz Galván, vecino de la comunidad, expresó lo que muchos sentían: “Esto cambiará nuestra vida diaria. Por fin nuestros hijos podrán ir a la escuela sin riesgo, y nuestros productores tendrán más facilidades”.
Más que una conexión física, el puente representa un avance en educación, economía y bienestar. Los estudiantes llegarán a tiempo a clases, los productores podrán transportar sus mercancías sin contratiempos, y madres y padres de familia ya no tendrán que arriesgar su integridad.
Para los habitantes, esta obra no solo mejora la infraestructura, sino que simboliza progreso, unión y el cumplimiento de una demanda histórica. Con su entrega, Huitzitzilingo inicia una nueva etapa de desarrollo y esperanza.