Más de 22 mil litros de hidrocarburo se han derramado en Huauchinango, municipio de la Sierra Norte del estado de Puebla. Esto ha provocado una gran contaminación que afecta a la vegetación, al agua e incluso a los animales de la zona.
Los trabajos de contención continúan y se prevé que se prolonguen cerca de una semana, aunque aún no se ha precisado el nivel de afectaciones que genere el derrame.
El 24 de agosto, a través de un comunicado emitido por Petróleos Mexicanos (Pemex), se informó que un día antes se reportó una fuga en el oleoducto Poza Rica-Salamanca, a la altura de Huauchinango, señalando que el nivel del derrame era de “magnitud moderada”, con afectaciones en un tramo cercano a 800 metros de territorio.

MILENIO se internó en la Sierra Norte, precisamente en el camino rural a Cuaxicala (en el norte del estado, cerca de los límites con Veracruz), donde se ubicó la fuga.
Desde las faldas de un cerro cercano a la Presa de Necaxa ya se percibía el daño ecológico con el aroma a hidrocarburo en el ambiente.
Aunque eran escasas las viviendas cercanas al lugar donde se originó el siniestro, conocido como La Cruz, habitantes de la comunidad expusieron que, debido al aire, los contaminantes se dispersaban causando molestias en los ojos, nariz y boca.

Estela Campos, una adulta mayor, y su vecina caminaban con sus atuendos originarios de la Sierra Norte, bajando del cerro con un bulto de leña colgando de su frente, dijeron sentirse afectadas.
“Es agua para el campo, para los animales, incluso nosotros bebemos agua de Patoltecoya (corriente abajo del lugar de la fuga) y también huele mucho a gasolina, entonces ahorita ni para tomarla”.
Si bien en un inicio las autoridades señalaron que la afectación se limitaba a 800 metros a la redonda, Sandra Villagómez, bióloga de la empresa Auneti dedicada a la infraestructura pública, indicó que pobladores de la periferia de la Presa de Necaxa ya notaban la presencia del óleo en el arroyo que les abastece de agua, por lo que se requirió movilizar a personal de saneamiento a la zona.

Daño aún no calculado
Hasta ahora las autoridades desconocen de forma precisa la cantidad de daños generados al medio ambiente y el número de personas afectadas.
No obstante, durante el recorrido hecho por MILENIO se observó la pérdida de vegetación, completamente cubierta de crudo, así como el propio hidrocarburo recorriendo la cuenca de los ríos cercanos.
Perros caminando entre el combustible, familias cruzando por el camino afectado sin ningún tipo de protección y un resguardo militar activo únicamente para evitar que los civiles permanezcan demasiado tiempo en la zona de riesgo, fue parte del escenario encontrado en este punto, donde los expertos destacan haber recolectado más de 22 mil litros de petróleo.
Se estima que los trabajos continúen por lo menos durante lo que resta de esta semana; sin embargo, no hay observaciones para los habitantes, quienes desconocen si pueden o no seguir regando sus campos, pastando a sus animales o bebiendo del que por años ha sido su suministro diario.

Sierra Norte, víctima de derrames
La Sierra Norte se ha visto manchada de negro al registrar siete derrames de combustible en los últimos tres años, siendo los municipios de Xicotepec y Huauchinango los más afectados.
El derrame registrado el 23 de agosto ha provocado alerta entre las autoridades y los pobladores de la región. Este hecho es el séptimo de su tipo en la Sierra Norte en los últimos tres años, siendo uno de los casos el presentado en septiembre de 2022 en Venustiano Carranza.
En aquella ocasión, un oleoducto tuvo una ruptura que provocó la contaminación del río Agua Fría en Venustiano Carranza, derivando en daños ecológicos.
El 2024 fue el año en el que más casos de derrames se presentaron en la Sierra Norte, especialmente en el Pueblo Mágico de Xicotepec. El 2 de junio, los pobladores de las colonias Viveros y San Marcos evacuaron sus viviendas ante el fuerte olor a combustible.
Sin embargo, no se dieron a conocer las causas que provocaron el derrame de hidrocarburos que afectó el afluente de la comunidad.
El 21 de octubre del mismo año se registró una ruptura en un ducto de la junta auxiliar de Villa Ávila Camacho, que perjudicó al río San Marcos que cruza por la zona.
El 3 de enero de 2024, en la comunidad de La Guadalupe, perteneciente al municipio de Francisco Z. Mena, se presentó otro caso de fuga de combustible que generó severas afectaciones a los cuerpos de agua de la demarcación.

Durante 2025 también se han registrado casos similares. El 20 de julio ocurrió otro derrame en Xicotepec, a la altura de la comunidad de La Jaiba, que nuevamente provocó afectaciones en el río San Marcos.
Aunque no se encuentra en la Sierra Norte de Puebla, los municipios que forman parte del denominado Triángulo Rojo —Esperanza, Quecholac, Palmar de Bravo y Acatzingo— se vieron afectados por un derrame de combustible el 10 de agosto de 2022.
Dicha situación provocó severas afectaciones a los campos de cultivo de esas demarcaciones, por lo cual los pobladores hicieron un llamado a las autoridades para atender la situación.
