La asociación “Héroes de Cuatro Patas” ha establecido un santuario como refugio para los caballos que han sido rescatados en Tampico y Ciudad Madero, tras sufrir incidentes mientras jalaban carretas. Este sitio ubicado a unos 50 kilómetros del puerto, es un lugar único donde los animalitos son libres, alejados del dolor y con una buena calidad de vida.
No obstante, el mantenimiento del santuario representa un reto económico constante. Lizbeth González, representante de la asociación, explicó que el costo mensual de cuidado por cada caballo supera los 4 mil pesos, considerando alimentación, medicinas y atención veterinaria. Actualmente se atiende a ocho caballos y este viernes se incorporarán dos más, lo que incrementará los gastos de manera considerable.

Ante esta situación, nació el programa “Apadrina un Cuaco”, mediante el cual cualquier persona puede aportar 250 pesos mensuales para ayudar al sostenimiento de uno de estos caballos rescatados. Con este donativo, los padrinos y madrinas se convierten en verdaderos héroes para estos animales, contribuyendo directamente a su recuperación y bienestar.
Cada caballo necesita al menos 10 padrinos para sostener sus gastos. En casos especiales, como el de Lúa, una potranca con tres patas que requiere fisioterapia constante, se requieren hasta 20 padrinos debido al tratamiento especializado que implica traer médicos desde otras ciudades.
Quienes se sumen al programa recibirán una ficha técnica del caballo apadrinado, con su historia, nombre y fotografías. Además, la asociación enviará actualizaciones mensuales sobre su estado de salud y avances en desparasitaciones, vacunaciones, rehabilitación, entre otros.
Potranca rescatada en Tampico requiere fisioterapia
Entre los casos que actualmente atiende la asociación, destaca el de Lúa, la primera potranca rescatada. Fue hallada con una pata seriamente afectada tras enredarse en un alambre de púas. Tras la amputación, requiere fisioterapia especializada para evitar contracturas, por lo que una veterinaria acude desde Guadalajara a atenderla.

Otro caso reciente es el de Chío, una yegua que quedó atrapada en las vías del tren, y que acaba de dar a luz a su potranca Chelito, quien ahora vive bajo resguardo y recibe suplementación especial por estar en etapa de lactancia.

También está Chapu, un caballo rescatado en condiciones críticas, pero que a mes y medio de cuidados muestra una recuperación notable, gracias a una buena alimentación y a la vida en libertad dentro del santuario.

SJHN