La cardióloga Rosa Ma. Vargas ha visto de todo: desde plumas perfectamente falsificadas, hasta imitaciones con estampillas sospechosas. La venta irregular de Ozempic o Moujaro amañado (ambos medicamentos para tratar la diabetes y el sobrepeso) creció junto con su demanda.
La bariatra Janete Ramirez no ha atendido ningún caso de este tipo hasta ahora, pero sus pacientes sí le han contado sobre los grupos en internet en los que se ofrecen medicamentos sin receta e incluso le han preguntado por la posibilidad de adquirirlos fuera de las farmacias.
“Una paciente me comentó que había encontrado cajas de fentermina y de clobenzorex [ambos, medicamentos utilizados para la pérdida de peso] en un tianguis. Me preguntó si podía adquirirlos ahí”, comparte la especialista egresada de la UNAM.
Notivox consultó a ambas especialistas para conocer más acerca de los riesgos y las consecuencias de la venta irregular y falsificación de medicamentos, que al igual que el Ozempic, son utilizados para reducir tallas.
Medicamentos para bajar de peso: de la demanda a la falsificación
El éxito del Ozempic y su familia de fármacos ‘milagro’ (como el Wegovy o el Rybelsus) se debe a la semaglutida, un principio activo que actúa imitando una hormona natural llamada GLP-1. Aunque surgió con el propósito de atender la diabetes tipo 2, desde 2021 el medicamento ganó popularidad debido a que acelera la pérdida de peso al regular el apetito.
La fama trajo consigo la demanda. Primero se agotó en Estados Unidos, pronto el efecto se replicó en México, según comentó una fuente anónima al reportero José Ramón Huerta en octubre de 2024.
La escasez y los altos costos — el Ozempic oscila entre los 4 mil y 6 mil pesos en promedio— abrieron la puerta a la adulteración y venta irregular. En junio del 2024 la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una alerta: se detectaron tres lotes falsificados de medicamentos que contenían semaglutida en Brasil, Reino Unido y Estados Unidos.
En México la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) informó sobre la comercialización irregular Ozempic de dudosa procedencia. “Si tienes dudas sobre su originalidad, contacta al titular del registro sanitario para confirmarlo”, se leía en el post de Facebook publicado el 18 de junio de 2025.

“Yo me he encontrado con grupos de Facebook. También me han comentado pacientes que los ofrecen mediante esa vía o por sitios web sin un control, sin necesidad de una receta. Son adquiridos de manera ilegal”, explica la doctora Janete.
¿Cuáles son los efectos?
“Estas cosas llevan una ingeniería impresionante. El procedimiento que llevan detrás viene de una investigación enorme. Comprar uno de sus clones es peligrosísimo, porque no se sabe lo que se están poniendo y los riesgos que puede traer después”, comenta Vargas, cardióloga egresada del Centro Médico Siglo XXI en una entrevista con este medio.
De acuerdo con la OMS, las inyecciones falsificadas pueden provocar una serie impredecible de riesgos o complicaciones ya que suelen contener principios activos no declarados, por ejemplo insulina. En general, si estos medicamentos no contienen los componentes necesarios pueden afectar el control del peso o de los niveles de glucosa en sangre.
La otra cara de la moneda, añade la Dra. Janete, es el uso indiscriminado de los medicamentos originales, mismos que se pueden conseguir de maneras casi tan cuestionables como las versiones falsas.
De hecho, en más de una ocasión la especialista ha recibido a pacientes que acuden a su consultorio únicamente para intentar comprar una receta médica.
“No vienen por consulta, no vienen por seguimiento. Solo quieren que les venda la receta: por Ozempic o por otro tipo de depresores del apetito, como lo es la Fentermina”, añade la especialista, quien no duda que haya médicos que acepten la propuesta.
Además del desabasto que puede ocasionar, si el tratamiento no se acompaña con cambios en el estilo de vida (como una dieta adecuada), pueden presentarse efectos adversos como: náuseas, diarrea, vómitos y dolores de cabeza intensos.
Esto se debe a que el principio activo de estos fármacos retrasan el vaciamiento gástrico. Si se consumen alimentos muy grasosos o en grandes cantidades, el estómago tarda más en procesarlos, lo que intensifica los síntomas.
Asimismo, hay una gran probabilidad de que no se obtengan los resultados esperados.
“Creo que es importante concienciar a la gente que no son inyecciones mágicas. Se requiere una disciplina, un cambio en el estilo de vida, en las costumbres y malos hábitos”, ataja la doctora Ramírez.

¿Cómo evitar adquirir este tipo de productos?
Ambas doctoras coinciden en dos medidas básicas para evitar los productos falsificados: evitar la automedicación y adquirir los productos en farmacias autorizadas, pues esto garantiza que provienen directamente de laboratorios certificados y no han sido alterados.
También es importante revisar cuidadosamente el empaque y el producto, pues aunque parezca auténtico, puede haber pequeñas diferencias que van desde cambios en el diseño, color o tamaño de la caja; la forma del dispositivo o errores ortográficos y falta de legibilidad en las etiquetas.
Aunque suena relativamente sencillo, la bariatra considera que, para los pacientes que no están familiarizados con el producto original, puede ser difícil notar estas diferencias, por lo que las alertas sanitarias de Cofepris pueden ser una buena guía.
LHM