En 2017, la juventud en Corea del Sur llevó y viralizó en redes sociales el fenómeno del Honjok (Hon significa “solo” y Jok “tribu”): un estilo de vida donde se prioriza la tranquilidad mental y el cuidado de sí mismo. O en otras palabras, una soledad elegida que provee libertad, independencia, alegría, satisfacción personal y hasta sanación.
¿Pero la decisión de estar sola o solo realmente se hace de manera consciente? El psicólogo, Emiliano Villavicencio, responde que sí es posible, siempre y cuando no se convierta en “campo fértil para una situación emocional preocupante”.
“Podríamos asumir que fue una elección de vida y eso está bien. Pero cuando comenzamos a ver ciertos comportamientos, que son una respuesta adaptativa a no tener a alguien, eso es lo que nos preocupa”, explicó en una entrevista a MILENIO.

El que las nuevas generaciones hayan adoptado valores más hacia lo individual y liberal no es un fenómeno reciente ni únicamente presente en Corea del Sur. De hecho, un reporte del 2010 afirmó que las sociedades industrializadas han sido históricamente consideradas individualistas, y las tradicionales más colectivas.
De igual modo, factores como el género, la cultura y hasta la generación pueden influir en este comportamiento. Así lo demostró Gabriel Grant en 2017, cuyo estudio arrojó que las tendencias a valores individualistas “se estabilizaron o revirtieron” entre los años 1980 y 2000; y con ellas, la búsqueda por el propósito de vida.
Y a ojos de Villavicencio, esta tendencia continúa en la actualidad: “La individualización de la vida, competencia y del bienestar social se va priorizando cada vez más”. Sin embargo, advierte, adoptar esta forma de vida implica un riesgo latente de caer en la soledad.
“Lo que preocupa es cuando este estilo de vida se tomó no por decisión propia, sino, quizá, porque fue una solución ante la supuesta incapacidad de poder relacionarse. Entonces (la persona) se conforma con quedarse sola”.

¿Soledad es lo mismo que estar solo?
Pese a utilizarse como sinónimos, Emiliano Villavicencio aclaró que el “sentirse solo” es cuando una persona no cuenta con alguien más para ejecutar o acompañarse en sus proyectos de vida.
Esta actitud puede interpretarse como una oportunidad para el conocimiento y la autorregulación. Y, por lo mismo, es un asunto que el ámbito clínico acepta, toda vez que no se convierta en un comportamiento crónico.
De ser así, puede predecirse un estado de soledad. Es decir, cuando hay un “vacío existencial” donde la persona no se siente completa ni autorrealizada, aún si estuviera rodeada de más personas. Por lo tanto, “no tiene que ver con la presencia o ausencia de alguien más, de un compañero o compañera. (...) Tiene que ver con cómo resuelvo mi relación conmigo mismo”.
Sin embargo, en la vida cotidiana la diferencia entre ambos conceptos se desdibuja y llegamos a creer que alguien popular o que simplemente se rodea de muchas personas no puede sentirse sola o solo. Y es ahí cuando “asumimos que si nos sentimos vacíos, lo podemos satisfacer con algo más”.
“La solución o lo que puede resolver la compañía de otro es (para aprender a) vincularse con alguien de compañía. Nada más. Pero la soledad como vacío interno sólo se resuelve aprendiendo a vincularme conmigo mismo”, explicó a MILENIO.
Por ello, las personas en soledad que deciden vivir en solitario suelen adoptar hábitos y estilos de vida que los aísla, les resta habilidades de interacción social y los orilla a no pedir ayuda.
“Estos síntomas más bien nos hablan que no fue una decisión consciente, sino un acto de resolver su vida por el hecho de no tener a alguien a lado. La gente que decide estar sola no tiene estos comportamientos”.

El movimiento surcoreano del honjok fomenta la introspección para que las personas puedan llegar a un autodesarrollo cognitivo y emocional; el disfrute de la tranquilidad; hallar fortaleza en la soledad, y enfrentar los desafíos de la vida de forma independiente.
Pero así como un péndulo oscila entre un polo y el otro, esta dinámica se debe equilibrar con las interacciones sociales para evitar desconectarse con las relaciones humanas, el aislamiento social y otros trastornos como la ansiedad o la depresión. Tal y como Villavicencio lo explicó a MILENIO:
“En un extremo está ese momento de introspección y de estar consigo mismo. Pero de vez en cuando hay que salir al contacto social, donde podemos vincularnos, pedir ayuda, acompañar a alguien u ofrecer ayuda”.
Esta estrategia también puede servir para comprobar y reafirmar que dicho estilo de vida es el que la persona desea conservar.
El dato...Las subramas del 'Honjok'
En toda la cultura del 'honjok' se han identificado diversas variantes, según el tipo de actividades que se realizan en solitario: Hon-bap, actividad de comer; Hon-nol, disfrutar el ocio; Hon-yeong, en karaokes, ir al cine o viajar solo; Hon-sul, beber alcohol y degustar vinos.
Las ventajas de estar a solas
Sí, la soledad es perjudicial. Pero cuando una persona decide “con los ojos abiertos” pasar sus horas o días a solas, puede obtener varios beneficios en lo personal y social.
Por ejemplo, aquellos momentos permiten revisar las decisiones que se han tomado y asumir la responsabilidad de los actos. También son oportunidades para tener un autoconocimiento más profundo y, con ello, crecimiento personal.
Sin embargo, no todos ni todas son “candidatos” para explorar esos tiempos a solas. De hecho, el docente y especialista señaló dos grupos poblacionales que son más vulnerables a caer en soledad si carecen de acompañamiento: los adolescentes y adultos de entre 40 a los 45 años.
“Son momentos de crisis. Son momentos donde nos cuestionamos qué estamos haciendo, qué hemos hecho, quiénes somos, qué queremos de nuestra vida. Y esas preguntas siempre se van a responder de forma más adecuada si hay alguien”.
ASG