Alguna vez te has preguntado la razón de ¿por qué besamos? o ¿desde hace cuánto tiempo lo hacemos? Y es que aunque pareciera que tiene una explicación burda, su trasfondo es un tanto interesante y hasta cierto punto químico. Aquí te explicamos y decimos todo lo que debes saber de los besos antes o después de darlos.
¿Por qué besamos en la boca?
Se hace mención que anteriormente nuestros antepasados olían la boca o saludaban con la nariz, sin nada de besos… Pero entonces, ¿de dónde salió la costumbre de besar? Fácil, los besos son prácticamente un examen.
Pero tranqui, no un examen como los de la escuela, sino más bien un examen químico, los labios están llenos de terminaciones nerviosas y cuándo se juntan con otros labios lanza un sin fin de datos sensoriales a tu cerebro. Entre ellos:
- Olor: Inhalas feromonas y compuestos volátiles que revelan que tan compatible eres con la otra persona. En pocas palabras olfateas si su sistema inmune complementa el tuyo.
- Sabor: La saliva contiene hormonas, glucosa y hasta huellas de dieta. Tu lengua es el “químico” del laboratorio que prueba la muestra.
- Textura y temperatura: Dónde valoras la salud, la hidratación e incluso el estrés.
Todo esto pasa en un lapso de tiempo extremadamente corto, y es que el cuerpo hace por nosotros infinidades de tareas de las cuales pasamos desapercibidas.
¿Qué pasa después de besar a alguien?
De acuerdo con el estudio realizado, los efectos que causan en las personas son los siguientes:
Si el beso te gustó tu cerebro te regala dopamina, oxitocina y triptófano. En caso de que tu cerebro crea que estás frente a un gran candidato o candidata liberará mucha más oxitocina, la hormona del apego.
Dos o tres veces más y ya sentirás que son el uno para el otro, comenzarás a olvidar a los demás pretendientes.
Si el beso no fue lo que esperabas, te manda la señal de algo ordinario, no hay reacción (hablando químicamente), ni interés, simplemente no congenias más con la persona.
También existe una mejora en nuestro sistema inmunológico, pues en tan solo un beso de 10 segundos compartimos alrededor de 80 millones de bacterias.
El origen de los besos
Hace 4000 años atrás en la Prehistoria, aprendimos a imitarlo por los ancestros quienes alimentaban boca a boca a sus bebés, así es, como las aves. Lo que empezó como supervivencia se convirtió en un acto de demostración afectiva.
El primer beso filmado en la historia
Se registró en un cortometraje mudo en el año 1896 con el nombre “Dakis”. El beso duró 18 segundos y la gente quedó horrorizada al verlo exigiendo su prohibición en algunas ciudades.
¿Por qué inclinamos la cabeza al besar?
En parte es para poder respirar mejor, sin embargo hay otro motivo más importante; ¿Te has dado cuenta de que la mayoría de las personas inclinan la cabeza hacia la derecha?
Pasa que la esquina izquierda de la boca tiene más receptores de progesterona y la derecha es más sensible a la dopamina (placer).
Considerando esto al colocar la cabeza ligeramente a la derecha se obtiene la mayor descarga de dopamina posible, no es casualidad, es la biomecánica bien aplicada por el cuerpo.
El recuerdo que dejan los besos
También podemos encontrar ciencia en el recuerdo de un besito. El olfato y el gusto se procesan muy cerca del hipocampo, el archivo de la mente. Esta es una de las razones por las cuales posiblemente aun recuerdes tu primer beso y no porque tengas una buena memoria.
La cuestión es que tu cerebro guarda ese momento como “importante”, el motivo: para futuras referencias.
¿Qué pasaría si la gente dejara de besar?
En pocas palabras se perdería un método infalible y sencillo de selección biológica, una forma universal de decir “te quiero”, “me gustas”, “me interesas”, “te deseo” y las rom-coms no sería lo mismo sin ese beso del final cuando el protagonista corre para no perder a su amada.
En términos químicos o biológicos, no pasaría nada pues alrededor del mundo existen varias culturas que no emplean los besos o lo hacen en contextos específicos.
Un ejemplo es la comunidad “imba” en Namibia, prefieren aspirar el aliento de la pareja y ciertas tribus “papúes” mantienen el saludo con la nariz.
Aunque parezca que los besos son un acto romántico, en sí es otra herramienta que utiliza nuestro cuerpo para analizar nuestras posibilidades de supervivencia. Así que ya lo sabes, la próxima vez que le des un quico a alguien y no te guste, hazle caso a tu cuerpo.