Allison Rosenthal, hematóloga y oncóloga del Centro Oncológico de Mayo Clinic, advirtió sobre el aumento sostenido de casos de cáncer en adolescentes y adultos jóvenes (AYA, por sus siglas en inglés), una población que define entre los 15 y 39 años.
En entrevista, la especialista destacó la urgencia de adaptar los sistemas de salud a las necesidades únicas de este grupo.
“Estamos viendo más diagnósticos en personas jóvenes que nunca antes, especialmente en cánceres de mama, gastrointestinales, linfomas y sarcomas. Las causas no son del todo claras, pero sospechamos de factores ambientales, estilo de vida y diagnósticos más tempranos”, explicó Rosenthal.
Rosenthal subrayó que el cáncer en jóvenes no sólo supone un impacto físico, sino también emocional y social. “Estos pacientes suelen enfrentar aislamiento social, interrupciones escolares o laborales, y una afectación directa en su desarrollo personal y sexual. A menudo no encajan ni en unidades pediátricas ni en las de adultos mayores”.
Ante ello, Mayo Clinic creó un programa especializado con personal dedicado: trabajadoras sociales, enfermeras y orientadores que brindan apoyo en logística, preservación de la fertilidad, salud emocional y reincorporación a la vida cotidiana.
La especialista alertó que muchos casos se diagnostican en etapas avanzadas, en parte porque los médicos no suelen sospechar cáncer en personas de 20 o 30 años. “Es necesario que el sistema reaccione ante síntomas persistentes como pérdida de peso, tos prolongada o sangrados anormales”.
Además, sugirió reconsiderar las edades actuales de tamizaje para ciertos tipos de cáncer. “En colon, por ejemplo, ya bajó de 50 a 45 años. Pero no hemos hecho lo mismo con mama o cérvix. Tal vez sea tiempo de replantearlo”, indicó.
Fertilidad, sexualidad y salud mental
Rosenthal señaló que uno de los mayores arrepentimientos en pacientes jóvenes sobrevivientes es no haber hablado a tiempo sobre fertilidad. “También la salud mental es clave. La ansiedad y la depresión a menudo aparecen meses o años después del tratamiento. Y muchos siguen sin apoyo”.
Ella misma vivió esa experiencia. Fue diagnosticada con leucemia cuando era estudiante de medicina. “No tuve un grupo de apoyo, nadie hablaba de supervivencia. Hoy sé lo importante que es preparar a nuestros pacientes no sólo para curarse, sino para retomar su vida”, compartió.
Investigación y acceso
La especialista remarcó que los jóvenes son quienes menos acceden a ensayos clínicos, en parte por barreras logísticas o educativas. “Necesitamos incluirlos más. Si no los tomamos en cuenta, no podremos mejorar sus resultados”, sentenció.
“Cuidar a esta población no es sólo dar tratamientos. Es entender sus desafíos y construir una atención verdaderamente integral. El cáncer en jóvenes no puede seguir siendo invisible”, subrayó Rosenthal.
LG