Lola Vargas es el nombre que eligió Martha Fabiola Vargas Díaz hace 19 años para portar la nariz roja y convertirse en payasa, con el único objetivo de llevar alegrías a niños, niñas y a todo aquel que quisiera un momento de sonrisas.
En 2006 nace Lola a partir de un taller de clown que se realizó en el Teatro Alberto M. Alvarado de Gómez Palacio, "me llamó la atención la filosofía que manejaban, lo que leía sobre el grupo y me conecté más cuando uno de los profesores nos compartió un video sobre un festival que hacen cada año, en el que asisten payasos a dar talleres, al ver a todas esas personas unidas en un mismo lenguaje, sin importar el idioma me impactó, y desde ahí mi corazón dijo, yo quiero hacer eso".

Fue así que un grupo de personas de Lima, Perú, que entonces tenía un clown hospitalario, se comunicó con ellos y hablaron sobre lo que realizan en el extranjero, por lo que varios integrantes decidieron crear Médicos de la Risa de La Laguna, al que Lola Vargas perteneció durante 16 años.
Al cambiar de residencia a la ciudad de Saltillo, Lola decidió que debía continuar dibujando sonrisas, por lo que desde 2021 se enfoca al clown comunitario y social, "el hospitalario lo he dejado un poco de lado porque para hacerlo se requiere cierta metodología y procesos, pues se está en un espacio restringido, así como la seguridad e higiene y otros factores que en centros de salud se tienen que considerar".
Actualmente sus visitas son en áreas como asilos, casas hogares o en algún parque, en donde se le invite ella no duda en estar presente, "trabajo más con grupos grandes, es decir, llegan a asistir hasta 50 niños, mientras que en el ámbito hospitalario es muy reducido".
¿Qué es la payasería para Lola?
Para Fabiola la payasería es una actividad que la motiva en su día a día, ya que dice: no existe el juicio, el ridículo o lo que exige la sociedad de hacer las cosas de cierta manera, "el clown es humanitario, sensible y se trabaja con la ternura, ves a las personas a los ojos, los haces cómplices. Con Lola he descubierto que en la vida a veces nos complicamos mucho y no es así, es importante sacar sonrisas mediante la tontería".
Para Vargas Díaz, esta actividad ha sido su inspiración que la ha llevado a compartir alegrías, y recalca que, antes tenía la idea de que no se podía dar lo que no se tiene, pero considera que al momento de repartir sonrisas, éstas se multiplican.
"En mi caso yo Fabiola a veces que estoy cansada o se presentan situaciones que hacen decaer el ánimo y tengo una función, al estar preparándome mi energía cambia, me olvido completamente por lo que estaba pasando, llega Lola y me recuerda la esencia del clown, que es estar tranquila y ver que en la vida hay que divertirse", concluye.