El gusto por un artista o grupo musical y el fanatismo es algo que la mayoría de las personas han experimentado a lo largo de su vida. Si bien, esto responde a una necesidad de pertenencia con personas parecidas a nosotros, pero es importante que los padres observen si esto no se ha convertido en una obsesión para los chicos.
Cecilia Ibarra Compian, psicoterapeuta indivual, infantil y adolescente y maestra en Terapia Breve e Hinopsis Clínica por la Instituto de Investigación en Procesos de Desarrollo Humano, comenta que, pese a verse más común estos gustos marcados en la etapa de la adolescencia, el denominarse "fan" es algo que se puede dar a cualquier edad e igualmente se puede ser admirador de ese artista o banda hasta el fin de sus vidas.
Si bien, este comportamiento señala es normal dentro del comportamiento humano, pues buscamos pertenecer a otros grupos ajenos a la familia, el problema se encuentra cuando brinca a la obsesión. "Esto no es culpa de la banda o artista, sino de las señales que no podemos ver en casa y la falta de comunicación con los hijos", declara.
Comunicación, clave para la sana convivencia
Indica que es muy importante tener una conversación clara y transparente para explicar a los hijos el alcance que este gusto puede tener en sus vidas y así evitar que haya un problema de obsesión con una persona o una banda. Sugiere ésta sea directa y abierta con los chicos para establecer lo permitido y no en casa y qué acciones hay que moderar para disfrutar de sus gustos.
Concluye haciendo hincapié en que este gusto es algo completamente normal, pero lo importante para que sea sano es que se encuentren bases de confianza, amor y respeto mutuo para que los chicos puedan externar sus problemas. "Una vez establecidas estas bases, las relaciones entre padres e hijos serán cada vez más llevaderas".
