El Auditorio Municipal de San Pedro, Coahuila, aún y que fue remodelado, es uno de los edificios más antiguos de la ciudad y, en sus rincones, pasillos y en el mismo escenario, dicen, han quedado impregnados ecos del más allá, además de espíritus que vagan y que desean ser parte de los espectáculos que se llevan a cabo en este inmueble.
Iniciaba un día que no fue cualquiera para una de las intendentes del Auditorio, a quien llamaremos Paula. Desde temprana hora llegó para iniciar con sus labores de limpieza. Abrió la puerta principal y de inmediato el silencio y un ambiente tétrico invadieron su ser.
No eran ni las siete de la mañana, Paula caminó para tomar su material de trabajo, cuando de repente, escuchó como si alguien, desde el segundo piso hubiera arrojado un plato, de esos de peltre, se asomó hacia el pasillo principal, de dónde provino el ruido, no era nada, pero esto la hizo sentirse vigilada.
La intendente siguió hacia el área de camerinos, para iniciar con sus labores en ese sector, acostumbrada a trabajar en soledad, puso un poco de música en su celular para alegrar un poco el ambiente, pero, entre la música pudo escuchar unos murmullos, provenían cerca de los baños que emplean los artistas.
Apagó la música y los murmullos seguían, era como si algunas personas estuvieran platicando, esto la preocupó y también la atemorizó, ya que al recorrer los camerinos y los baños, no encontró a nadie. La plática dejó de escucharse y volvió a tomar valor para seguir con su trabajo.
Sus pies pisaron el escenario para hacer la limpieza en su piso de madera, solo sus pasos se escuchaban, pero de igual manera sentía como si alguien estuviera con ella, recorrió todo el escenario y de repente se acercó a uno de los pasillos de entrada para el público, ahí fu cuando escuchó otros pasos atrás de ella, no lo podía creer y volvió a subir al escenario, donde su inquietud se volvió terror.
Algo no estaba bien para Paula, que al acercarse a otro de los pasillos entre las butacas, pudo ver unos piececitos pequeños pintados en el piso, era inexplicable por que el piso no estaba húmedo, las pequeñas huellas habían sido pintadas como con aceite, del que se usa para limpiar los espacios de las butacas que tienen plástico.
Entre platicas de seres del más allá, y espíritus que querían andar a su lado, Paula pudo terminar sus quehaceres de intendencia. Ahora, para Paula ya es normal trabajar en compañía de esos espíritus, ya no se espanta, y asegura que por las noches, para los veladores está peor, porque es cuando estos espíritus tienen más libertad de salir.
Dicen y aseguran, que en el escenario del Auditorio, han visto a una niña, más bien su espíritu es el que sigue ahí, buscando ser parte del espectáculo. También comentan, que ahí falleció un intendente, hace ya varios años, y tal vez su espíritu sigue vagando por el inmueble. El show debe continuar, porque el escenario del Auditorio, es para los vivos y también para los seres del más allá que no se quieren perder la función de la vida…
ARG