Originarios de Baja California, Mauricio Cantú y sus cuatro socios nacieron y crecieron influenciados por la tradición del vino entre amigos y familia, razón por la cual en 2004 fundaron Cava Aragón 126 que maneja la línea Madera 5, para dar rienda suelta a su pasión por el buen vino.
“Comenzamos con una bodega pequeñita en un estacionamiento ubicado en la Calle de Aragón 126, de ahí el nombre de la empresa, y más como un diversión que con la idea de hacer negocio. Nuestros primeros vinos fueron para consumo personal y para vender entre nuestros amigos, pero ante la aceptación que tuvieron, ampliamos nuestras instalaciones hasta tener una bodega con una capacidad de producción de 90,000 litros al año”, explicó Mauricio.
Con cuatro etiquetas emblemáticas de tintos y una de blanco, entre ellas: Madera 5 Cabernet Sauvignon-Sangiovese; Madera 5 Tempranillo-Cabernet Sauvignon y Madera 5 Nebbiolo, para el empresario bajacaliforniano el principal reto, en sus primeras dos décadas en el mercado, ha sido mantener la calidad de sus vinos, con la idea de que más personas los disfruten.
Cantú considera que uno de los obstáculos que enfrentan los productores mexicanos de vino son los altos impuestos que deben pagan sus productos: 16% de IVA y 26.5% de IEPS (Impuesto sobre Producción y Servicios), los cuales incrementan el precio al consumidor.
Otro gran problema es la falta de agua suficiente para incrementar la producción de la zona. A pesar de ello, su producto ha tenido gran aceptación en México, sobre todo en el norte y el Bajío, así como en Estados Unidos, a donde exportan gran parte de su producción anual de 6,000 cajas.
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