Una bala perdida acabó con la vida de Estela Gómez Sánchez en 1988. Gabriela Sánchez, su hija, tenía apenas 17 años. Desde entonces le lleva flores al panteón municipal de Pachuca.
Recuerdan a sus madres
Sábado, 10 de mayo, día de las madres y en las primeras horas del día mujeres, hombres, familias, llegan al panteón a dejar flores a las madres que han partido de este mundo, de las que solo el recuerdo queda.
Estela Gómez tenía 42 años cuando falleció. Gabriela dice que no olvida a su madre. Lleva en entre las manos, pegadas al pecho, un ramo de flores multicolores que pondrá en la tumba de su madre.
“La recuerdo muy bonito, nunca la olvido, así pasen años, no la olvido, siempre la llevo en el corazón”, dice Gabriela. Cuenta que su mamá era una persona amable, que compartía lo que tenía y trabajadora.
Gabriela dice que no solo el 10 de mayo le lleva flores a su madre, también durante el año. Recuerda sus pasteles, la repostería que hacía. Doña Estela, asegura su hija, fue una mujer “muy linda”.
Sobre el acceso principal del panteón las personas suben y bajan dependiendo si van llegando o si vuelven de dejar las flores en las tumbas. Las personas entran y salen en un flujo constante.
Margarita Espinosa Meléndez, de 66 años, es una de las que baja de la entrada principal del cementerio. Ella dejó flores a su madre, María Alejandra Meléndez Escárcega, tenía 94 años cuando partió de este mundo. Falleció por su avanzada edad.
“Le traje flores y hacerla sentir que todavía está dentro de mi corazón”, dice y asegura que recuerda a su madre con amor. A la voz de Margarita le falta el aire cuando dice que la pérdida de su madre es irreparable para su familia. Falleció hace cinco años.
Reconoce que en su momento su mamá fue una mujer enérgica pero que después se convirtió en un amor, la tiene en mente con ese sentimiento. Desde el 2020 cada 10 de mayo le trae flores a su tumba.
A la entrada del panteón están los puestos de flores, ahí las compran las personas antes de entrar al cementerio que este día es resguardado por elementos de la policía municipal. La Secretaría de Servicios Públicos municipales espera entre sábado y domingo la visita de 15 mil personas.
La mamá de María Elena Tapia Perea, doña María Elena Perea Vargas, falleció de un infarto en 2022. Está por cumplir tres años de fallecida. Tenía 78 años cuando dejó este mundo.
“Mi mamá era muy amorosa”, cuenta. Este año es la primera vez que acude al panteón a dejarle flores. El dolor que había en su corazón tras la partida de su madre le había impedido visitarla en su última morada. “Sentía muy feo, pero ahora sí quise venir a verla”, dice.
Al panteón viene gente a pie y en su automóvil, circulan por la entrada principal para internarse en los diferentes accesos y llegar hasta el sitio en donde está enterrado su familiar.
Carlos Copca López, de 58 años, viene al panteón a su madre, doña Virginia López Arteaga, falleció a los 75 años, el covi-19 le arrancó la vida en 2020. Dice que su mamá era una mujer ejemplar, siempre dedicada a sus hijos y su hogar.
-¿Cómo era su mamá?
-Muy cariñosa, siempre nos procuraba a nosotros sus hijos, era muy humanitaria, siempre veía por las personas, también tenía sus mascotas.
