En una década y media, el PRI pasó de ser la principal fuerza política de Tamaulipas a ocupar un lejano cuarto lugar, después de Morena, PAN y Movimiento Ciudadano. Y es que el asesinato de Rodolfo Torre Cantú, su candidato a la gubernatura en 2010, marcó el principio de la debacle del partido.
El crimen dejó una profunda huella en la historia política del estado, y para el tricolor representó un antes y un después, porque nada volvió a ser lo mismo. Tan es así, que en 15 años perdió la simpatía de 612 mil 983 votantes.
El Revolucionario Institucional prácticamente se desfondó en la entidad, si se compara su último triunfo en una elección de gobernador, con su participación en los comicios más recientes, que fue el proceso intermedio de 2024 para renovar alcaldías y diputaciones locales, en donde jugó en alianza con Acción Nacional bajo la coalición Fuerza y Corazón por Tamaulipas.
Ahí el PRI reunió solamente 65 mil 427 votos, lo que se tradujo en un 4.1% de la votación total obtenida y una caída del 90% respecto al 2010. Según la información del Instituto Electoral de Tamaulipas, libró con apenas un punto, el porcentaje mínimo requerido para conservar sus prerrogativas y solo le alcanzó para gobernar el municipio de Güémez y para una diputación plurinominal en el Congreso Local.
El año que ejecutaron a Rodolfo Torre Cantú, su hermano Egidio acumuló en las urnas 678 mil 410 votos bajo la alianza Todos Tamaulipas, el mayor número que haya obtenido un priista en el estado; esa ocasión, los partidos coaligados fueron el Verde y Panal.

La fuerza del partido en el poder le aseguraba entonces los gobiernos locales de 35 municipios de un total de 43, así como la ocupación de 26 de 36 curules en el Congreso del Estado.
Pero 2016 marcó la caída de la hegemonía priista en Tamaulipas después de 70 años en el poder, con la llegada del panista Francisco García Cabeza de Vaca. Ahí, el PRI obtuvo 490 mil 783 votos con Baltazar Hinojosa, de los que 486 mil 124 los captó en lo individual, y el resto con sus aliados del Verde y Panal.

En los comicios por la gubernatura en 2022, donde contendió en alianza con el PAN y PRD, llevando como abanderado a César Verástegui (coalición Va por Tamaulipas), el PRI apenas se agenció 64 mil 811 votos propios, lo que significó una merma de casi 87% respecto al 2016. El ganador fue el morenista Américo Villarreal Anaya.
Candidato del PRI con mayor respaldo
Con sus 678 mil 410 votos, Egidio Torre fue el priista con mayor respaldo popular para acceder a la gubernatura. Con Eugenio Hernández, el tricolor obtuvo 621 mil 692 votos en 2004.
A su vez, 484 mil 567 votos fueron los alcanzados en 1998 por Tomás Yarrington Ruvalcaba. Sus sexenios fueron 2005-2010 y 1999-2004, respectivamente. Por otra parte, sumaron 421 mil 234 los que captó Manuel Cavazos en 1992, quien gobernó de 1993 a 1998.
El peso de la votación para Egidio estuvo muy influido por el sentir que produjo la muerte de Rodolfo entre la ciudadanía, un candidato que conectaba fácilmente con el pueblo y cuya llegada al gobierno del estado era inminente, de no ser por su atentado.
El extinto candidato tuvo una corta carrera en el servicio público, donde se desempeñó como secretario de Salud durante la administración estatal de Eugenio Hernández Flores y fue también diputado federal.
De profesión médico cirujano, fue postulado en 2010 a la gubernatura del estado y encabezaba las preferencias electorales. Su muerte mostró la vulnerabilidad que también tienen los políticos frente al crimen organizado.
SJHN