Como en cada proceso electoral, doña Ema Arzola, de 80 años, acudió desde temprana hora a ejercer su derecho al voto en la casilla 0450, ubicada en la colonia Filadelfia de Gómez Palacio. Sin embargo, al llegar se sorprendió al encontrar una urna adicional destinada a la elección de integrantes del Poder Judicial, en la cual decidió no participar.
“Para esa elección judicial no, ni los conozco y ni me conocen”, expresó, tras enterarse por una vecina que aún le faltaban boletas por marcar.

Con voz firme, doña Ema explicó que desde que cumplió 18 años ha votado en cada elección, pero en esta ocasión decidió abstenerse.
“De la elección judicial no estoy enterada de ningún candidato. En la tele dijeron que podíamos ver los perfiles en el celular, pero yo no tengo y no le sé bien. Creo que esa elección no tiene buenos objetivos, porque está muy confusa”, comentó.
Él sí votó por el Poder Judicial
Su esposo, en contraste, decidió ejercer su voto también en la elección judicial. Tardó cerca de 15 minutos en llenar las boletas correspondientes a jueces y ministros del Poder Judicial.
“Yo sí voté en la elección judicial porque creo que pueden cambiar las cosas. No pude convencer a mi esposa, pero tengo la esperanza de que eligiendo a nuevos ministros cambien muchas cosas malas que están pasando: injusticias y violencia”, compartió.
Dijo haberse informado a través de la televisión sobre cómo participar en este nuevo proceso.
Pese a sus diferencias, ambos coincidieron en que lo más importante es respetar la libertad de ejercer —o no— el derecho al voto, aunque dejaron claro que nunca se pierden una elección cuando se trata de diputados, senadores, alcaldes, gobernadores o presidentes.
“En la casa discutimos sobre si votar o no. Yo decidí que no, él que sí”, concluyó doña Ema.
edaa