Vannadis Alcántara vive y estudia en Hidalgo. Su piel no es muy morena, pero su cabello denota la afrodescendencia que tiene en sus raíces, aunque asegura que viene por parte de su padre, ya que él nació en Guerrero. No se molesta que siempre la señalen o la vean con su cabello esponjado y particular que tiene, pero no se acepta como afromexicana, “sólo soy china, negra no soy”, dice, mientras sonríe tímidamente y prefiere seguir su camino a casa.
Así como ella, hay más de 130 personas en Hidalgo de origen afrodescendiente, que se reconoce de acuerdo con su cultura, historia y tradiciones, según la primera Encuesta Intercensal que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2015.
Pero hay otros más que no lo hacen por temor a ser discriminados, según expresa la Dra. Elia Avendaño Villafuerte, asesora de la Dirección General de Estudios de Promoción y Desarrollo de los Derechos Humanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
“El problema que hay es realmente específico, que es la vulneración de derechos. Los mexicanos somos negros, una de nuestras raíces. Sin embargo, mientras la política siga siendo de negación, la política institucional, implica que las personas que evidentemente traen los rasgos, son vulneradas sistemáticamente”.
“Es decir, históricamente ya hay una negación de nuestro origen, pero esta negación no únicamente es en el sentido biológico, es una negación jurídica e incluso hace que quienes siguen con la herencia cultual negra, sean vulnerados directamente en sus derechos, se ha impedido el tránsito, se les ha impedido tener acceso a política pública, a concesiones de pesca, de explotación de sus propios recursos y se limite su posibilidad de ejercer sus derechos como mexicanos”, expresó Avendaño.
Es de conocimiento que se han presentado historias de discriminación, como la deportación de dos mujeres del estado de Oaxaca, una deportada a Honduras y la otra a Haití, “porque la policía insistía que en México no hay gente negra. A pesar de tener documentos de identidad mexicanos, las deportaron”, explicó Clemente Jesús López, que dirige la oficina gubernamental a cargo de asuntos afromexicanos en el estado.
Así también hay otros casos en los que, las personas de procedencia afrodescendiente, han tenido que cantar el Himno Nacional reiteradas veces, entregar la identificación oficial mexicana, pasaporte y hasta acta de nacimiento para demostrar que son mexicanos.
“Hay muchas historias desagradables de personas de la Costa Chica que han sido deportadas, llevadas a la frontera, porque los agentes de migración no están reconociendo que hay mexicanos negros, no les creen , por lo que necesitamos que esta sensibilización se de en todos los niveles para que las personas negras no sigan sufriendo estas circunstancias”.
“Si nosotros como mexicanos nos reconocemos negros todos, es importante que eso se visibilice y se trascienda y que todo el mundo lo sepa”, expresa Avendaño.
Explicó que hasta este 2018, sólo Guerrero, Oaxaca y la Ciudad de México reconocen a los afromexicanos o negros, en sus constituciones y la Legislación específica que se está consultando por el Instituto Nacional para los Pueblos Indígenas y Afromexicanos, está planteando el reconocimiento de los pueblos negros, pero no es suficiente, es sólo el principio para fundamentar la obligatoriedad de la política pública.
“Sin embargo, México no se puede quedar atrás porque ya hay una instrucción, un mandato de Naciones Unidas de hacer el reconocimiento de los pueblos negros en todo el mundo porque estamos en el Decenio Internacional de los Pueblos Negros a partir del 2014 hasta 2024”.
“Es el trabajo que estamos haciendo muchas personas, muchas organizaciones sociales que trabajan en ese sentido y la UNAM, con el fin de visibilizar la cultura negra. Creo que cada vez nos estamos sintiendo más orgullosos de esta herencia, de esta raíz, de valorar e incluir en nuestra constitución a estos pueblos, pero ya es un mandato internacional y debe de acatarse”, dijo.
Son pocas las personas que se autorreconocen como negras o afromexicanas, un aproximado de millón 400 mil personas en todo el país, “pero esperemos que ese número se duplique en la próxima encuesta intercensal que haga el INEGI”, concluyó.