El principal objetivo de las autoridades sanitarias ante la pandemia fue evitar grandes congregaciones de personas para reducir el riesgo de contagios masivos, fue así que restaurantes, tiendas departamentales, salones de eventos, fueron cerrados como medida preventiva por una semanas, y reabiertos sin equilibrio.
Por ejemplo, hoy puedes ver restaurantes, bares con grupos amplios de comensales, los salones con grupos reducidos y el transporte público salpicando personas.
Francisco Azcárraga, empresario en Tampico de la escuela de gastronomía Cualti y el salón de eventos Central Andalina, dijo existieron y existen ciertas incongruencias en el tema de las restricciones a salones de eventos, ya que, son más seguros que las fiestas en casas o en sitios clandestinos.

“Si tu cierras los eventos como lo hicieron, pues lo que pasa es que los eventos se siguen haciendo, se van estado vecino que está a 10 minutos y en verde, o en casas, o lo hacen de manera clandestina o desorganizada; en un evento organizado tú tienes empresas capacitadas, proveedores capacitados, un buen planner, sigues las reglas para evitar un brote, pero en casas, la gente se tiene confianza, nadie les dice que usen el cubre bocas, se abraza y se besan”
En entrevista para la cuarta edición del Podcast Notivox a la Carta, Azcárraga indicó que esta fue una política equivocada sobre la cual han estado pidiendo varios empresarios del ramo, organizados, mayores herramientas para subsistir y ayudar en la estrategia de salud pública.
“Se satanizó mucho el evento. Cada tienen oportunidad algunas autoridades estatales dicen es que el convivio o la boda, pero hay que diferenciar entre evento organizado y el evento desorganizado, el mismo transporte público es una cosa brutal, uno pasa por las oficinas de gobierno y no han sido capaces ellos mismos de dar turnos o lo que sea, ve a la fiscal o al INE y hay miles de personas afuera; eso no lo ves en una boda por ejemplo… hasta cierto punto el celebrar fiestas es necesario, entiendo que hay contagios y que los médicos están cansados, pero tenemos que aprender a vivir con esto, y no podemos perder la ilusión de celebrar cosas”.
Queremos piso parejo
En las modificaciones de los lineamientos de sanidad en un giro comercial, como se hace cada 15 días, los involucrados se adaptan rápido: unrestaurante, un bar, un cine, pero en el caso de un salón de eventos, una boda se planea hasta con un año de anticipación.
“La restricción no nos dejó hacer nada, porque cambiaba cada 15 días, en el restaurante te dicen hoy te adaptas al dia siguiente, nosotros no, tenemos una boda y esta no se planea de 15 días, no podemos operar con tanta incertidumbre… Y los negocios al depender de ellos miles de familias, son esenciales”.
Otras incongruencias fueron que no había piso parejo, en el caso de los restaurantes.

“Queremos un piso parejo, hubo un momento que los restaurantes estaban abiertos y nosotros no, hubo cenas del 15 de septiembre, ¿y qué es eso?: un evento”.
Es por ello que los empresarios del ramo, que antes no interactuaban entre ellos, se unieron para solicitar ayuda y ofrecer unirse a la s políticas de salud, primero, homologando.
“Nuestro salon es más seguro con todos nuestras estándares, que una carnita asada”.
Un tercer punto no menos importancia fue que, pese a las restricciones, los gobiernos no apoyaron al comercio reduciendo las obligaciones fiscales.
“Somos de los únicos países del mundo donde nos dejaron a la suerte”.
“La pandemia nos dejó 3 negocios”
El cierre de los salones de eventos afectó el negocio con más inversión del grupo: Central Andalina, ahora existía un compromiso con colaboradores, proveedores y empleados para salir adelante, y el negocio, por naturaleza, tiene instinto de supervivencia.
Así nacieron tres negocios de la pandemia: Tío Pancho, Señales de Humo y Nela Canela.
El primero es en el giro de productos alimenticios ultracongelados.
“Atendemos miles de comensales que ahorita no se hicieron, pues tenemos el personal y los equipos y la infraestructura, desde antes de diciembre incursionamos en la venta de comida ultra congelada y le sacamos provecho a esta tecnología que ya utilizábamos”.

El segundo fue Nela Canela, ya que para el tercero aun en planeación , necesitaban elaborar su propio pan y crearon su marca.
El último fue Señales de Humo, basado en una hamburguesa especial y otros productos, que se venden en los patios de Central Andalina.
“Nuestro modelo de negocios siempre descanso la cocina, a todo le ponemos importancia, pero mucho más a la cocina, nuestro modelo de negocio ha sido la comida al buen comer y al profesionalismo en la cocina”.
lpr