Comunidad

¿Qué hay después del suicidio?: El impacto en la vida de 135 personas

En coordinación con distintas fundaciones e instituciones, el Museo Memoria y Tolerancia montó una ofrenda con el nombre "Suicidio, el abismo del dolor".

Marilú Ancona, directora de Ancla de la Esperanza, alertó que un suicidio afecta a toda la comunidad, principalmente familiares y amigos, quienes son más propensos a sufrir enfermedades crónicas y mentales, siendo la culpa una de las emociones predominantes, lo cual pueden llegar a pensar en quitarse la vida.

En 2019, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) realizó un estudio donde informaron que un suicidio impacta la vida de 135 personas de la comunidad a la que la persona fallecida pertenecía; de éstos, entre 15 y 30 pasan por un proceso de duelo y seis son propensas a suicidarse.

En entrevista para MILENIO, Faryde Lara, presidenta de Fundación SAK, señaló que el 85 por ciento de los mexicanos no reciben atención ni tratamiento para enfrentar el suicidio de un familiar.

“Cuando mi familia y yo, pues, lamentablemente habíamos atravesado el suicidio de mi hermana, no tuvimos mucha suerte en encontrar profesionales de la salud que nos atendieran adecuadamente”, mencionó.

Durante la inauguración de la ofrenda 'Suicidio, el abismo del dolor' en el Museo Memoria y Tolerancia, la Fundación SAK, en conjunto con la Secretaría de Salud (programa PRONAPS), Ancla de la esperanza y velatorios Funeza, resaltaron que cuatro de cada 10 personas que perdieron a un familiar por suicidio son propensas a desarrollar diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares y depresión.

“Porque una persona que muere por suicidio no se va sola, deja atrás a padres, hijos, hermanos, amigos, vecinos, familiares. Al morir mi hijo Jorge, comencé a buscar ayuda, porque entras en shock y sientes que el mundo se te viene encima. Nunca esperas la noticia de la muerte de un familiar y menos por suicidio”, subrayó Marilú Ancona, directora de Ancla de la Esperanza.

Asimismo, Lara destacó que el suicidio es desencadenado por multifactores biológicos, psicológicos y ambientales, persistiendo un factor común: la desesperanza; ya que nueve de cada 10 personas que se suicidan presentan síntomas de depresión o ansiedad, pues “el suicida no busca morir, busca acabar con el sufrimiento”.

César y Erick Herrera Porcallo, directivos de Funeza recalcaron la importancia de la salud mental tras la pandemia por covid-19, donde se incrementó el número de fallecimientos por suicidio con seis muertes por cada 100 mil habitantes, siendo la falta de bienestar emocional la posible principal causa de incapacidad en los próximos años.

“Desde nuestro ámbito queremos contribuir con el sector salud y la sociedad civil por lo que hemos diseñado un programa para atender la salud mental de las personas con un equipo de médicos, psicólogos y con 'ónix', un perro entrenado para dar soporte emocional, pues sabemos que las pérdidas de cualquier tipo pueden ser factores detonantes para atentar contra nuestra vida”, afirmaron.

Linda Atach, directora del Departamento de Exposiciones Temporales del Museo Memoria y Tolerancia, indicó la importancia de visibilizar el suicidio para que pueda ser atendido de forma integral, desde la prevención hasta el acompañamiento a las personas que están pasando por un proceso de duelo.

“El suicidio no es responsabilidad de la familia, ni de los amigos, sino el desenlace de los problemas emocionales no resueltos […]. Que las personas que han perdido un familiar por suicidio encuentren un lugar en el que puedan hablar de su dolor sin ser juzgados y sean acompañados en el proceso de duelo”, explicó.

El Observatorio Nacional del Suicidio en México reportó que siete mil 896 personas se quitaron la vida en el 2020, mientras que tres mil 665 lo intentaron sin éxito. Durante 2021, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), registró ocho mil 447 suicidios, mientras que solamente se invirtió un dos por ciento del presupuesto en salud mental.

“Todas las personas que quedamos después de esta muerte necesitamos ayuda, porque somos vulnerables, somos personas que estamos en riesgo y a veces no contamos con la ayuda que necesitamos. Y es por esto que muchas veces la sociedad civil pues tiene que organizarse para prestar esta ayuda tan necesaria”, apuntó Marilú Ancona.

El altar 'Suicidio, el abismo del dolor' está conformado por velas y más de 5 mil flores, entre las que destacan las de color amarillo, en referencia al emblema de la lucha contra el suicidio; y de color blanco, que representan la esperanza y la transformación para los sobrevivientes (familiares, parejas o amigos de una persona suicida).

“Dedicamos esta ofrenda a las personas que no encontraron otro camino para aliviar el sufrimiento que quitarse la vida; pero también a quienes encaran el dolor de la pérdida de un ser querido en estas circunstancias”, concluyeron.


El acceso para visitar el altar será gratuito hasta el 12 de noviembre en el Museo Memoria y Tolerancia.

MAT

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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