Miriam Leticia Sánchez Orozco tiene 29 años y, desde hace ocho, ha trabajado en empresas nacionales y trasnacionales en las áreas de recursos humanos. Su principal preocupación es que se respeten los derechos laborales de las mujeres quienes, a su decir, son infravaloradas desde el momento en que las entrevistan para obtener cualquier empleo.
En el marco de una serie de conferencias organizada en el Centro de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), de la Universidad de Guadalajara, esta joven, que trabaja para Metova, aseguró que el principal reto como encargada de los recursos humanos de cualquier lugar, es poder hacerles entender en las empresas que las mujeres pueden trabajar perfectamente si tienen o no una familia, si tienen hijos o no.
La egresada de Administración de Empresas por la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), asegura que, en general, en México existen muchos prejuicios en contra de las mujeres: “La Ley Federal del Trabajo protege los mismos derechos laborales para hombres y mujeres, mismas prestaciones, rangos salariales, oportunidades. Pero en la realidad no es así. Las mujeres siempre son contratadas por menos cantidad que los hombres, para el mismo puesto y las mismas responsabilidades”.
A decir de Miriam, los actos discriminatorios o machistas en el entorno laboral de las mujeres son un tema vigente: se les pregunta si están embarazadas (hecho ilegal), son discriminadas por su apariencia física o por su modo de vestir, se les paga menos que a los hombres y se les asignan las tareas más desgastantes y menos lucidoras.
“Desde jornaleros hasta directores, todos piensan que las mujeres merecen menos, que su salario debe ser inferior. Cuando entrevistas a personas te das cuenta de que, con las mujeres, los mánagers siempre te cuestionan que por qué ella, si es mujer. Nunca he estado de acuerdo con eso, es ridículo. Son limitantes que no tienen fundamento. A un candidato hombre le ofrecen 18 mil pesos mensuales y a una mujer 15 mil, por el mismo trabajo”, insistió.
Para la encargada de recursos humanos de esta empresa dedicada a dar servicios de tecnología de la información, en México ocurren bastantes injusticias, de las que no se habla: “Todos los que trabajamos en RH lo sabemos, pero no quieren decir nada, prefieren quedarse callados. También hablan del buen perfil, que se vista bien, que te veas bien. Si no, no te contratan. Eso no está bien, son prejuicios que tenemos que romper, se quiere contratar a alguien que tenga capacidad para crecer y para que la empresa gane más dinero
Miriam llama a este fenómeno “sesgos inconscientes”, que son los sesgos que los encargados de seleccionar al personal de las empresas tienen por la cultura, lo que consumen por televisión, en radio, en redes sociales, etc.
En una de las trasnacionales donde trabajó Sánchez Orozco un día le solicitaron la contratación de una asistente. Los requisitos eran que tuviera dominio del inglés. Pero además tenía que ser guapa. Después de varios intentos encontró una chica hermosa que sabía inglés. Fue contratada y renunció pasado un mes. Su argumento fue que sentía que no estaba desarrollando sus capacidades ni se estaba aprovechando su talento, ya que, contó Miriam, el jefe de la chica solo la quería para presumirla con sus colegas.
“Es un tema muy complicado porque a los jefes (que por lo general son hombres), no les gusta ceder la parte de que las mujeres pueden hacer un trabajo, incluso, mejor que ellos. Ellos bajan a las mujeres, o les pagan menos, por lo mismo, porque ellos se sienten superiores y creen que al darte menos salario o tenerte más tiempo en la oficina, dejándote responsabilidades no muy impactantes para la compañía, te denigran”, subrayó la entrevistada.
“¿Qué le ponen a hacer a una mujer cuando es asistente? Pues son las que llevan toda la carga, pero a la hora de la hora los jefes dicen que solo hacen algo así como las presentaciones. Una asistente, normalmente, invierte todo el tiempo y el esfuerzo. Esa parte no la valoran. Es un ejemplo muy claro de cómo afecta el machismo. Si es mujer y tiene hijos no la quieren contratar, incluso, las mismas mujeres repiten esos comentarios. Es algo que no han acabado de entender las personas”, lamentó la joven conferencista que visita las universidades para concientizar a los estudiantes para que no permitan explotación ni malos tratos, sobre todo en el caso de las mujeres.
MC