Aún con collarín, pero con la misma dignidad de siempre, Misael, mejor conocido como “El Piñas”, regresó este lunes a su puesto de trabajo, apenas días después de haber sido brutalmente agredido el pasado 21 de mayo.
“Hay que caerse para levantarse”, expresó con firmeza, mientras retomaba su labor vendiendo fruta sobre la Avenida Independencia Oriente, esquina con la 27 Sur, en Tehuacán.
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El motivo de su regreso no fue otro que la fuerza del respaldo ciudadano. “La gente me pedía que volviera a trabajar, y aquí estoy”, dijo con gratitud, conmovido por las muestras de cariño que ha recibido desde que su caso se hizo público.
Aunque continúa con molestias físicas, así como dolores de cabeza por el calor y temor constante de ser agredido nuevamente, Misael asegura que su enfoque ahora está en seguir adelante.
"Espero que la Fiscalía General del Estado de Puebla haga su trabajo como debe ser", declaró con esperanza.
No guarda rencor hacia sus agresores, pero tiene claro que la impunidad no es opción: “El rencor es malo, solo hay que razonar y ser más consciente, no actuar con el enojo”, dijo. Luego, con la calma que lo caracteriza, lanzó un mensaje que cala hondo: “Si no se hace justicia, cualquiera va a pensar que puede hacer lo mismo en espacios públicos.”
????️Misael “El Piñas” vuelve al trabajo tras ser golpeado en Tehuacán, #Puebla
— Notivox Puebla (@Milenio_Puebla) June 2, 2025
El joven asegura que no guarda rencor hacia sus agresores, pero tiene claro que la impunidad no es opción.
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Durante su reaparición, decenas de ciudadanos se acercaron a comprar piña, coco o sandía. Más que frutas, llevaban un mensaje de solidaridad. Su presencia no solo alivió el día de quienes pasaron, también fue un acto de resistencia frente a la violencia.
“Vienen a comprar, hacerme el gasto, Dios se los multiplicará, porque lo que des, te lo van a dar”.
Expreso que durante el tiempo que estuvo en recuperación, hubo gente de Estados Unidos, Sonora, Huatulco, entre otros lugares, que le expresaron su apoyo le llamaban o mandaban mensajes, “eso me hizo sentir bien, me dejó en claro que hay muchas gentes buenas”.
Él y su tía continuarán trabajando en su habitual punto, de lunes a domingo, en un horario de 10 de la mañana a 5 de la tarde. Y lo harán con la frente en alto.
CHM
