Guadalajara /
Se les llama Lluvia de Oro, aunque la ciencia los bautizó como cassia fistula, pero son más que eso: representan el momento en que el Área Metropolitana de Guadalajara cobra vida después de unas semanas de frío y noches oscuras.
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Apenas comienza el calorcito, y la explosión amarilla brota como recompensa por el corto aunque gris invierno real; y como alegoría de que los habitantes de esta noble y leal ciudad somos color, belleza, alegría y esperanza.
Resulta un error no tomar el tiempo para pasear por avenidas como La Paz, o Américas, y disfrutar el espectáculo de dichos árboles, que también adornan colonias y fraccionamientos como Providencia, Americana, Moderna, Chapalita y Lomas del Valle.
MC
